El crack: una droga destructora

Cuando aparece una droga nueva en el mercado, es frecuente que se siga investigando con ella para conseguir nuevas variantes que antes no existían. Pasa con las drogas sintéticas, pero también ha pasado con sustancias más clásicas. Este es el caso de la cocaína y de una variante que se produce de ella, droga de la que hablaremos en este artículo. Nos referimos al crack, cuyo poder adictivo la hace especialmente peligrosa.

El crack se obtiene disolviendo la cocaína en polvo en una mezcla de agua y bicarbonato sódico. A continuación, se hierve la mezcla hasta que se forma una sustancia sólida. Después, se separa el sólido del líquido, se seca, y se parte en trozos o piedras que es lo que llamamos crack. Recibe este nombre por el ruido que hace cuando se calienta para fumarse (hace “crac” como si de pequeños estallidos se tratara). Su presencia se remonta ya a hace unas décadas y su popularidad no ha decaído con los riesgos que esto entraña para el consumidor.

¿Cuándo se desarrolló el crack?

Así como se tiene constancia del uso de hojas de coca como intoxicante a hace tres mil años, el crack fue desarrollado durante el auge de la cocaína en la década de los 70 y su usó se generalizó a mediados de los 80. La aparición de esta droga se debe a la situación que se vivía en los Estados Unidos a finales de los años 70. En ese entonces, había una saturación muy grande de cocaína en polvo que era introducida al país norteamericano. Esto provocó que el precio de la droga cayera hasta un 80%. Delante de esta situación, los traficantes convirtieron el polvo en crack, una forma sólida de cocaína que se podía fumar.

Dividida en pequeños trozos, este tipo de cocaína se podía vender en cantidades pequeñas, para más personas y con mayores beneficios. Era barata, fácil de producir y usar y muy retributiva para los traficantes. A principios de 1980 empezaron a aparecer los primeros informes sobre el consumo de crack en distintas ciudades estadounidenses. Más tarde, entre 1984 y 1990 tuvo lugar la mayor oleada de consumo de esta droga. Esta “epidemia” aumentó mucho el número de personas adictas al crack. La expansión de la sustancia fue tal que en 1987 se informó de su presencia en casi todos los estados del país. Desde entonces, el consumo de esta droga ha continuado extendiéndose desde el norte al sur de América y desde Europa hasta el resto del mundo.

¿Qué síntomas produce en el organismo?

Como droga psicoactiva que es, el crack es también un potente estimulante. El consumo de esta sustancia suele provocar una rápida sensación de euforia. Al tomar crack, aumenta la energía, la atención y la concentración. Esto se produce por la aceleración de diferentes procesos mentales y físicos como resultado del efecto estimulante de la propia droga. Si se fuma la sustancia, los efectos son instantáneos, ya que se absorbe fácilmente pasando de los pulmones al torrente sanguíneo. De ahí viaja rápidamente por todo el cuerpo y hasta el cerebro.

En comparación con la cocaína, el periodo de consumo abusivo del crack incrementa el riesgo de desarrollar una tolerancia, dependencia y adicción. Al fumarse, los efectos de esta droga llegan al cerebro más rápido pero su duración también es mucho más corta, aproximadamente, unos quince minutos. Es por eso que, debido a este periodo más breve de los efectos, la adicción al crack puede desarrollarse todavía más rápidamente. Y es que una persona puede volverse adicta aún después de haber consumido solo por primera vez.

Los síntomas después de tomar crack son:

  • Sudoraciones
  • Sequedad en la boca
  • Hablar mucho
  • Dificultad para dormir
  • Inquietud
  • Pupilas dilatadas
  • Poco apetito
  • Mucha energía
  • Estar físicamente activo

Efectos a corto y largo plazo del consumo de crack

Una vez desaparece la sensación de euforia producida por el consumo de crack, aparece en el individuo un estado depresivo-nervioso. Esto puede inducirlo a una nueva dosis. Entre los efectos a corto plazo como resultado del consumo encontramos:

  • Aumento de la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la temperatura corporal
  • Náuseas
  • Trastornos del sueño
  • Comportamiento errático y en ocasiones violento
  • Alucinaciones e irritabilidad
  • Depresión
  • Ansiedad y paranoia
  • Pánico y psicosis

A largo plazo, los efectos pueden ser mucho más graves. Un adicto que lleve tiempo tomando crack puede experimentar problemas respiratorios serios que incluyen dificultad para respirar, daño pulmonar y hemorragia. Por otro lado, también tiene más riesgo de padecer daños graves en el corazón, el hígado y los riñones, y es más propenso a tener enfermedades infecciosas. No en vano, el crack es la cuarta droga más mortal que existe.

Los peligros de sufrir una adicción

Si por algo es peligroso el crack es por ser una droga sumamente adictiva lo que lleva al consumidor a necesitar cada vez más esta sustancia para sentirse “bien”. Igual que con la cocaína, los adictos pierden interés en otras áreas de la vida. Mientras no se está consumiendo la droga, el adicto experimenta una depresión severa que se vuelve más intensa después de cada uso. Si la persona no puede conseguir el crack, dicha depresión puede llegar a ser tan fuerte que la puede llevar al suicidio.

Tratarse de una adicción al crack es posible y para conseguirlo, lo primero es la desintoxicación. Esta consiste en la retirada controlada de la sustancia y se realiza, normalmente, en un centro de desintoxicación. De esa forma, los profesionales de la salud pueden controlar los síntomas físicos graves de la abstinencia. Durante este proceso, el paciente puede sufrir cambios de humor, agitación y ansiedad en función de la cantidad y el tiempo de su adicción.

Una vez ha terminado la fase de desintoxicación, es muy habitual que el paciente vaya a un centro de tratamiento de adicciones. Es entonces cuando el procedimiento se centra en los aspectos psicológicos de la adicción donde el individuo recibe terapia individual y de grupo. Los consumidores de crack que deciden seguir un tratamiento para dejar esta sustancia pueden volver a tener el control de su vida.

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