Consecuencias de sufrir patología dual

La patología dual se diagnostica cuando una persona convive con una adicción, como las drogas y el alcohol, y una enfermedad mental, como la depresión o la ansiedad. Las personas diagnosticadas con patología dual presentan generalmente mayor gravedad tanto en la adicción como en el trastorno. Los dos diagnósticos que conforman la patología se refuerzan y causan síntomas entre sí, sin importar el orden de aparición de cada una. Las personas diagnosticadas generalmente tienen más probabilidad de tener más dificultades para poder alcanzar una buena calidad de vida.

La enfermedad dual no tiene un patrón de aparición ni un desarrollo concreto. La enfermedad mental puede ser anterior a la adicción o viceversa, pero sí que debemos tener en cuenta los factores de riesgo comunes que presentan ambas. Dentro de los factores de riesgo podemos encontrar diferentes tipos:

  • Factores individuales: que tienen origen en las características de la persona, como la genética, factores biológicos y psicológicos o dificultad para manejar las emociones.
  • Factores familiares: en los que se incluyen los conflictos familiares, familias disfuncionales, antecedentes de adicciones y/o trastornos mentales.
  • Factores sociales: relacionados con los círculos habituales, como el consumo de sustancias en grupos de amigos y presión social por querer encajar.

Otro factor de riesgo que debemos tener en cuenta cuando una persona ha desarrollado patología dual es la situación en la que se encuentra la persona afectada. Hay analizar la situación previa a la enfermedad y lo que la ha podido desencadenar:

  • Si la enfermedad mental es anterior a la adicción, es posible que la patología se manifieste después del consumo de ciertas sustancias para aliviar el malestar de la convivencia con un trastorno de ansiedad o depresión. Puede ser cannabis para relajarse, alcohol para olvidar y desinhibirse o cocaína para experimentar una sensación de energía.
  • Si la adicción es anterior a la enfermedad mental, es porque algunas sustancias adictivas favorecen el desarrollo de trastornos mentales. En la mayoría de casos, puede existir una predisposición previa para desarrollar una enfermedad mental a partir del uso de drogas, como el cannabis, que pueden inducir trastornos psicóticos que a su vez derivan a sufrir esquizofrenia.

En cualquiera de los casos, no existe un orden predeterminado que pueda influir en la aparición de la enfermedad o evitarla.

Cómo detectar una patología dual

Entre los síntomas de la patología dual, se encuentran los cambios en el comportamiento de la persona, actuar a escondidas, pérdida de la motivación e incluso llegar a mostrar signos de ansiedad o paranoia.

El cambio de comportamiento que sufre la persona con patología dual puede ser progresivo, pero también repentino. Lo más importante para detectar si se está lidiando con esta afección es localizar y detectar alteraciones en la conducta, por ejemplo que la persona afectada se aleje de círculos con los que se relacionaba con frecuencia o desatienda sus obligaciones.

Para confirmar el diagnóstico, la persona debe ponerse en manos de profesionales en el tratamiento de adicciones y de la psiquiatría, pero ciertas transformaciones de la conducta pueden ya dar indicios de sufrir patología dual.  Hay que estar atentos a:

  • Aumento de la impulsividad, ya que las dos enfermedades se combinan y empeoran sus síntomas.
  • Agresión y violencia, dada la baja tolerancia a los cambios de su entorno que no controlan.
  • No respetar normas ni pautas, derivado de la agresividad y la impulsividad que acumula la persona.
  • Pensamientos de paranoia, que surgen o empeoran cuando las dos enfermedades conviven.
  • Incremento del comportamiento adictivo, al ser una situación que se retroalimenta de la propia adicción y del trastorno que se padezca.

Identificar a tiempo las señales o los indicios que indican que una persona sufre patología dual ayudará a una recuperación mejor y más rápida de la persona afectada.

Los peligros de sufrir patología dual

Esta enfermedad afecta en todos los ámbitos, personal, social y profesional, ya que incide en todos los aspectos de la vida de una persona. La pérdida de empleo, amistades y vínculos sociales pueden ser las manifestaciones más evidentes y comunes en la persona diagnosticada.

El malestar emocional que deriva de sufrir esta enfermedad, así como la agresividad, el desorden en las rutinas o las alteraciones en el comportamiento puede conllevar a situaciones de exclusión social, marginación por parte de amigos y familia e incluso rechazo.

La característica con el mayor nivel de peligro es la retroalimentación de la enfermedad: cuando una persona con un trastorno mental recurre a las drogas para aliviar síntomas, cae en la adicción y se ve atrapada en un bucle. Sucede lo mismo cuando una persona con adicción desarrolla un trastorno de salud mental derivado del abuso de sustancias. Este bucle puede llegar a tener consecuencias fatales para los que la sufren, aumentando el riesgo de sobredosis o autolesiones.

La importancia de tratar adicción y enfermedad mental a la vez

Lo fundamental a tener en cuenta para poder atender y mejorar una patología dual es que la adicción y el trastorno mental deben recibir tratamiento de forma paralela, es decir, por igual y al mismo tiempo.

El tratamiento adecuado para llegar a la rehabilitación de esta enfermedad es el tratamiento combinado, en el cual se tratan las dos afecciones con sus características propias a través de la ayuda de un profesional psiquiátrico y psicológico y la pauta terapéutica para cada una de las afecciones.

En Instituto Terapéutico Asturias (INTA) nos acercamos al paciente con los recursos necesarios para el tratamiento integral de la patología dual.

Poner al paciente en el centro

Para que el paciente se recupere de forma efectiva debe recibir el tratamiento adaptado basándose en sus necesidades. El tratamiento centrado en el paciente:

  • Conoce sus necesidades
  • Es profesional
  • Comunica la información de forma comprensible
  • Cuenta con el soporte emocional adecuado
  • Implica a los círculos más cercanos en su recuperación, como familiares y amigos

Si crees estar sufriendo patología dual o detectas indicios en alguien que conoces, en INTA ponemos al servicio de los pacientes un tratamiento efectivo y cercano. Nuestra prioridad es dar las herramientas necesarias para lidiar con esta afección y poder recuperarse de forma pautada y progresiva.

Puedes ponerte en contacto con nosotros llamando al teléfono: 984 29 32 36 o llamando a nuestra línea disponible las 24 horas del día: 684 619 501. Si lo prefieres, también puedes rellenar este formulario y lo más pronto posible nos pondremos en contacto contigo.

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