Tomar drogas siempre implica un riesgo y es el de acabar desarrollando una adicción. Cuando se llega a esta situación, la adicción afecta a muchos aspectos de la vida del adicto perjudicando sus relaciones, sus vínculos o su manera de pensar. Aun así, la persona no se da cuenta de los perjuicios de la adicción e incluso se refuerza más en su idea de seguir consumiendo. Es más, llega a negar que realmente padezca una adicción, utilizando estrategias de todo tipo para para negar su conducta adictiva. Superar esta fase es vital ya que aceptar que se es adicto es un paso importantísimo para poder encarar un tratamiento con garantías. En el artículo de hoy veremos porqué un adicto niega la adicción y cómo le afecta a él y a su entorno.

Negar la realidad como sistema

Antes decíamos que aceptar que se tiene una adicción es el primer paso para encontrar solución a este problema. Y es que una de las razones por las que un adicto no empieza un tratamiento es porque niega constantemente que las drogas hayan tomado el control de su vida. No reconocer este problema hace muy difícil que la persona pueda empezar un tratamiento. Estudios al respecto afirman que la negación es un mecanismo de defensa que usan los adictos para reducir la ansiedad y el dolor causado por la adicción. De esta forma, ocultan la conducta que llevan a cabo y que no pueden asumir para evitar sufrir más. Lo peor es que el entorno del adicto se da cuenta de los problemas que le genera la adicción al adicto excepto él mismo.

Otra característica propia del comportamiento del adicto es anular aquellas cosas que podrían avergonzarle. Así pues, hará lo que sea para proteger su imagen, aunque esto signifique ignorar la realidad. Esta conducta puede variar siendo más o menos grave, aunque en la peor de las situaciones, la negación puede llegar hasta el punto de que el enfermo siga diciendo que no es adicto a pesar de haber perdido su trabajo y su familia por culpa de la adicción. Incluso dará la culpa a los demás o a las circunstancias fruto de las consecuencias negativas para seguir manteniendo la negación y así continuar con la conducta adictiva.

Tipos de negación en la adicción

La fase de negación en una adicción puede presentar varias formas durante el periodo en que se presenta:

  • Negación: es la negación simple y, cómo hemos visto, consiste en negar las consecuencias negativas que tiene la adicción sobre la vida del adicto.
  • Minimización: como su nombre indica, significa restarle importancia a las consecuencias negativas de la adicción como si no existieran.
  • Justificación: el adicto utiliza una explicación para justificar la adicción. De esta forma, se autoconvence de que la dependencia es la única solución.
  • Racionalización: consiste en dar una explicación lógica a la adicción aún cuando no la tiene.
  • Proyección: este tipo de negación ve en los otros los problemas que el consumidor está viviendo en su mundo. Así, puede dar la culpa a otros de su problema.
  • Futurización: el adicto se sale de la realidad del presente y vive en el futuro como una forma de no estar en contacto con su propia realidad. Deja para otro día que no llegará nunca la posibilidad de escapar a la adicción.

El autoengaño no solo sirve para esconder a los demás la propia adicción. Sirve, principalmente, para esconder a uno mismo una realidad que se convierte en una amenaza a la seguridad y estabilidad del adicto. Los motivos por los que la persona actúa así pueden ser varios: porque se siente angustiado; porque le produce tristeza, miedo o culpa; por soberbia o inseguridad porque no quiere aceptar sus errores; o por la comodidad de no tener que asumir una responsabilidad.

Cuando la familia también es partícipe de la negación

Aunque pueda parecer extraño, el adicto no es el único que acepta la negación. Muchas veces, la familia también suele habituarse a la situación que vive el adicto y llega a aceptarla. Si bien lo hace de forma inconsciente, su comportamiento acaba pareciéndose bastante al del propio enfermo con el objetivo de mitigar la situación de dolor y caos que genera la conducta adictiva. De esta forma, acaban comportándose como el adicto, pero sin haber consumido y aceptan la negación como pauta de conducta de la familia. Como resultado de esto, los familiares acaban creando una situación de aparente equilibrio y armonía, al menos al principio, hasta que las consecuencias negativas ya no son soportables para nadie.

Esta aceptación inconsciente de la familia de la negación de la adicción es un elemento que todavía hace que las posibilidades de buscar un tratamiento sean más difíciles. Esta connivencia con la situación del adicto hace que este tipo de familias se vuelvan disfuncionales. El equilibrio familiar se altera y se rompen los roles con lo que el sustento de la propia familia se pone en riesgo. A raíz de esto, aparecen procesos disfuncionales por los que los familiares, quizás porque no comprenden la enfermedad de la dependencia, expresan sentimientos de amor y odio al mismo tiempo. Cuando se llega a ese punto, la comunicación se corta y las cosas que deberían hablarse ya no se hablan.

Rompe la barrera

Romper esta barrera emocional y salir de la aceptación de la negación es la única manera de poder reconocer el problema y buscar, por fin, un tratamiento que ponga fin a la adicción. No es un proceso fácil pero muchas veces, la situación acaba estallando por lo que se termina por buscar ayuda. En Intastur podemos ayudarte a superar la adicción a las drogas o a cualquier conducta adictiva. Contamos con los mejores profesionales si sufres una adicción con o sin sustancia. Ponte en contacto con nosotros si crees que necesitas ayuda para volver a recuperar el control sobre tu vida.

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