La vigorexia: un trastorno problemático

Cuando hablamos de adicciones es común que nos vengan a la mente drogas y sustancias psicoactivas. Aunque las adicciones a sustancias conforman la mayoría de estas enfermedades no son las únicas ni mucho menos. Existen toda una serie de trastornos que también son adicciones que requieren de tratamiento, aunque no haya sustancias de por medio. La ludopatía o la adicción a las nuevas tecnologías son algunas de las más conocidas. Sin embargo, en el artículo de hoy hablaremos de la vigorexia, un trastorno caracterizado por la obsesión desmesurada a cultivar el estado físico.

¿Qué es la vigorexia?

También conocida como dismorfia muscular o complejo de Adonis, la vigorexia es un trastorno psicológico. Se caracteriza por presentar una manía enfermiza por ganar masa muscular, afectando a los hábitos de vida y a la conducta alimenticia (consumo exagerado de proteínas y carbohidratos, además de otras sustancias como esteroides anabolizantes). Las personas que sufren este trastorno se ven a sí mismas como débiles y poco musculadas. Esto les impulsa a pasar muchas horas en el gimnasio y a estar obsesionados con su dieta.

Esta obsesión con estar musculado y mejorar constantemente la apariencia hace que la persona abandone progresivamente las relaciones sociales, así como que descuide otros aspectos de su vida. La vigorexia afecta principalmente a hombres de entre 18 y 35 años. Se desconocen las causas exactas que provocan esta patología. No obstante, en muchos de los casos, el detonante acostumbra a ser otros trastornos psicológicos como, por ejemplo, padecer personalidad compulsiva o sufrir otro trastorno alimentario como anorexia o bulimia.

Causas de la vigorexia

Como decíamos antes, es difícil encontrar unas causas exactas que expliquen la aparición de este trastorno. Aun así, es posible hallar algunas respuestas a esta pregunta. Un factor que ha contribuido mucho al aumento de casos de esta enfermedad es a nivel cultural. En las últimas décadas, los medios de comunicación y la publicidad nos han bombardeado con imágenes de personas atléticas y musculosas como ídolos a seguir. En este sentido, se hicieron estudios en los Estados Unidos que demostraron que desde los años 70 hasta finales de los años 90, la insatisfacción de los hombres con su apariencia había aumentado en un 15%.

Y es que los hombres son los principales afectados por este trastorno, conformando aproximadamente el 80% de todos los casos. Esta mayor incidencia en el género masculino se debería a la mayor presión social que tienen por desarrollar un cuerpo musculoso a diferencia de las mujeres. A pesar de esto, el factor del aspecto físico no es el único que puede explicar la aparición de la vigorexia. Otras causas están relacionadas con problemas de autoestima, tendencia a la timidez o introversión, o a buscar la perfección. Por otro lado, estudios neuropsicológicos realizados en los últimos años han mostrado que se producen alteraciones bioquímicas a nivel cerebral, como cambios en los niveles de serotonina.

Síntomas de la vigorexia

Habitualmente las personas que padecen este trastorno tienen una serie de síntomas fácilmente identificables. Los más comunes son:

  • Mirarse constantemente en el espejo
  • El ejercicio se convierte en la prioridad principal en la vida
  • Estar exageradamente preocupado por el propio cuerpo llegando a estar a diario analizando el peso, el estado de los músculos y la cantidad de grasa
  • Comparar frecuentemente su cuerpo con el de otra persona
  • Obsesionarse con la dieta hasta el punto de que se evita comer fuera de casa perjudicando las relaciones sociales
  • Tener una imagen completamente distorsionada del propio cuerpo
  • Baja autoestima
  • Sensación de estrés si se salta una sesión de entrenamiento o una comida
  • Estar dispuesto a cualquier sacrificio para potenciar físicamente el cuerpo
  • Descuidar a familiares y amigos, los estudios o el trabajo

Consecuencias de la vigorexia

Lo más habitual en las personas que tienen vigorexia es que cada vez le dediquen más horas al entrenamiento. Como consecuencia de esto, se van alejando de su círculo de amigos perjudicando a sus relaciones con otras personas. Además, también es frecuente que disminuyan el número de horas que dedican al trabajo o al estudio con lo que acaban teniendo problemas en estos ámbitos. A consecuencia de todo esto, muchas veces la persona se siente cada vez más sola sufriendo en muchos casos depresión. En este sentido, se ha observado como más de la mitad de los individuos afectados por vigorexia presentan también cuadros depresivos.

Sin embargo, este trastorno no sólo tiene consecuencias a nivel psicológico. También tiene repercusiones en el terreno físico que pueden ser graves. Por un lado, es habitual que estas personas sufran sobrecargas por el ejercicio físico que acaben dañando los músculos, huesos y articulaciones de manera irreversible. Por otro lado, el consumo de anabolizantes con frecuencia y durante largos periodos de tiempo tiene consecuencias. Afecta a los sistemas hepático y renal, con daños que pueden ser graves, además de provocar hipertensión y aumentar el riesgo de sufrir un infarto. Finalmente, el consumo de esteroides también ha estado asociado a problemas de infertilidad y la aparición de ideas suicidas, manías y delirios.

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