La adicción al Juego y a las Apuestas crece de forma incontrolada
Las personas que padecen ludopatía, los ludópatas, suelen practicar de forma patológica uno o más juegos de azar. También apuestan de forma compulsiva en máquinas tragaperras, apuestas deportivas, casinos, loterías o videojuegos.
Se trata de un trastorno de la personalidad que ha cambiado en los últimos años. A causa de la introducción de las nuevas tecnologías, se han generado nuevas situaciones y procesos fáciles para llegar a desarrollar una conducta adictiva con el juego online, las apuestas deportivas o los videojuegos.
La alarma social por el avance de la ludopatía moviliza esfuerzos para evitar la apertura y el control de las salas de apuestas pero no puede impedir el acceso online y que cada vez más personas, incluidas adolescentes y menores de edad, se conviertan en ludópatas.
Varía con la persona pero se detectan los siguientes síntomas
La necesidad de dinero para jugar genera conductas de manipulación, mentiras, conflictos; incluso robos que la persona jamás pensó que fuera a realizar.
La ludopatía es una enfermedad
La obsesión por el juego fuerza a actuar imponiéndose en un cuadro mental en que la necesidad de jugar oscurece todo lo demás.
La ludopatía fue clasificada en 1980 como enfermedad mental que perturbaba profundamente la forma de pensar, el estado de ánimo y el comportamiento. Recientemente ha sido reconocida como adicción.
El ludópata padece una adicción que crea un desorden en el control del impulso de jugar. Es incapaz de dejar de jugar, aunque sabe que es destructivo para él mismo y para su familia. Puede sentirse culpable y anular su autoestima pero es incapaz de parar. Las personas más cercanas también sufren las consecuencias de todo tipo y en ellas se vuelca la impotencia que se siente y el desánimo.
Aun así, la situación se puede enfrentar si se es consciente de todo lo que conlleva y conocedor de cómo se pueden manejar las reacciones que se van a producir.
Como equipo, nuestro objetivo es ayudar a encontrar el camino de salida de la adicción.
“Estuve perdido, no sabía para dónde tirar, pero gracias a ellos y con esfuerzo vi la luz al final del túnel.”
“Yo no tenía vida. Solo aspiraba a eso. Tener una vida normal. A alguien que empezará yo lo único que podría decirle es que merece la pena pasarlo mal en tratamiento, de vez en cuando, para tener una segunda oportunidad.”
“Mi vida era un caos, hasta k ingrese aquí, ahora no cambiaría un día malo d los d ahora por uno bueno d los d antes.”
“Si te dejas guiar los resultados son una vida que merece la pena.”
“Recuperar la vida que perdí merece todo la lucha que he hecho y sigo haciendo.”
“Nunca admití que necesitaba ayuda aunque en el fondo lo sabía, ellos me abrieron los ojos.”
“Lo pasé muy mal, pero logré dejar las benzodiacepinas.”
