El Cannabis, droga de iniciación para muchos jóvenes
El Cannabis, THC o Marihuana proviene de la planta del cáñamo. Los traficantes hacen lo posible por facilitarla en ambientes juveniles, de manera que los jóvenes la encuentran fácilmente y a precios relativamente accesibles, aumentando así las posibilidades de generar adicción a la Marihuana.
Actúa muy destructivamente en la adolescencia y puede convertirse en la pasarela a adicciones a sustancias aún más peligrosas.
En el caso de los «porros» la falta de información completa genera ideas falsas sobre los riesgos: droga «blanda», «inocua», «no hace daño», se puede «dejar» sin problemas. Resumiendo, “buena, bonita, barata y viene de las plantas” y así se intenta justificar el consumo.
En realidad, se ven afectadas por el abuso de la sustancia tanto la habilidad de resolución de conflictos como otras habilidades sociales.
Efectos del Cannabis
En los consumidores de Cannabis aparece el Síndrome Amotivacional. Se trata de un estado de pasividad e indiferencia, caracterizado por una disfunción generalizada de las capacidades cognitivas, interpersonales y sociales. Suele persistir durante largo tiempo después de que se ha dejado de consumir el tóxico.
El Síndrome Amotivacional dificulta enormemente todo el proceso de deshabituación y reinserción social del paciente. Saberlo y tenerlo en cuenta es necesario para afrontar con éxito la recuperación. Son caraterísticas del Síndrome Amotivacional:
La persona «enganchada» al cannabis o a alguno de sus derivados, como el hachís, está en una especie de sopor que le impide ver las consecuencias en su vida familiar, social y laboral. Son los más cercanos los que detectan actitudes que no corresponden, conflictos y complicaciones. Bajo la adicción a la marihuana, el paciente ve la realidad distorsionada en su día a día que le aísla de los que le son más cercanos.
“Estuve perdido, no sabía para dónde tirar, pero gracias a ellos y con esfuerzo vi la luz al final del túnel.”
“Yo no tenía vida. Solo aspiraba a eso. Tener una vida normal. A alguien que empezará yo lo único que podría decirle es que merece la pena pasarlo mal en tratamiento, de vez en cuando, para tener una segunda oportunidad.”
“Mi vida era un caos, hasta k ingrese aquí, ahora no cambiaría un día malo d los d ahora por uno bueno d los d antes.”
“Si te dejas guiar los resultados son una vida que merece la pena.”
“Recuperar la vida que perdí merece todo la lucha que he hecho y sigo haciendo.”
“Nunca admití que necesitaba ayuda aunque en el fondo lo sabía, ellos me abrieron los ojos.”
“Lo pasé muy mal, pero logré dejar las benzodiacepinas.”