Las adicciones representan uno de los desafíos más significativos para la salud pública y el bienestar personal. Comúnmente las adicciones se asocian con el abuso de sustancias como el alcohol y las drogas, sin embargo, se puede ser adicto a casi cualquier cosa, siempre que la persona pierda el control sobre su conducta.
Las adicciones se clasifican, fundamentalmente, en dos grupos, en función de si la conducta tiene que ver con el consumo de alguna sustancia, tanto legal, como ilegal, o bien si el problema es la propia conducta, que son aquellas que llamamos adicciones comportamentales.
Se debe tener en cuenta que la adicción es una condición compleja y que las personas pueden experimentar una combinación de diferentes tipos de adicciones. Del mismo modo, pueden presentar trastornos concurrentes de salud mental (patología dual).
Todas las adicciones, independientemente de su origen o sustancia, actúan en el organismo mediante un mecanismo de recompensa similar, que es el que provoca la adicción.
Adicciones a sustancias
Este tipo de adicciones son las más conocidas. Son aquellas en las que una persona tiene una necesidad compulsiva de consumir una sustancia química, como el alcohol, las drogas o el tabaco.
En los tipos de adicciones a sustancias la persona adicta busca el “bienestar” que produce en su cerebro el consumo de estas sustancias.
Cuando una persona se expone a estas sustancias, puede desarrollar tolerancia o dependencia a los cambios que estas provocan en sus sentidos. El abuso de drogas conlleva trastornos físicos, psicológicos y sociales. El problema con el consumo es que, a medida que la persona se habitúa y su tolerancia aumenta, necesita consumir dosis mayores para obtener la misma «recompensa». Es decir, para lograr el mismo efecto, se requiere cada vez más sustancia.
La falta de dinero puede llevar a detener el consumo, o, por el contrario, sumergirse en una espiral destructiva en busca de alternativas para seguir consumiendo, como pedir prestado, mentir, manipular, robar, o incluso sustituir unas drogas por otras. Esta es una de las razones por las cuales el policonsumo es común entre personas adictas.
Te mostramos a continuación algunas de las adicciones a sustancias.
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Alcoholismo: Adicción al alcohol
El alcoholismo es una de las adicciones más comunes en el mundo, en parte porque el alcohol es una sustancia legal; sin embargo, sus efectos sobre la salud son muy graves. De hecho, se ha sostenido que el alcoholismo tiene un mayor impacto en el desarrollo de cáncer que el tabaco.
Esta adicción implica el consumo repetido de alcohol, lo que genera una dependencia física y síntomas de abstinencia al dejar de beber o al reducir la cantidad consumida.
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Tabaquismo: Adicción al tabaco
El tabaco es otra de las adicciones más comunes en la actualidad. Al igual que ocurre con la adicción al alcohol, la nicotina en los cigarrillos está legalizada, lo que facilita el acceso al tabaco y contribuye a su consumo generalizado. Esta normalización ha llevado a que muchas personas pierdan el control sobre su uso, convirtiéndose en adictos.
Las enfermedades asociadas al tabaquismo son numerosas e incluyen desde problemas cardíacos y cerebrovasculares hasta cáncer de pulmón y laringe. Superar la adicción al tabaco es particularmente difícil debido a su arraigo en la sociedad.
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Adicción a la marihuana
El cannabis es una planta de la cual se obtienen dos sustancias psicoactivas principales: hachís y marihuana.
El THC, es el compuesto responsable de los efectos psicoactivos de estas sustancias, entra al cuerpo a través de los pulmones y llega rápidamente al cerebro, generando efectos que van desde relajación y desinhibición hasta alteraciones sensoriales, somnolencia, dificultad para expresarse con claridad y pérdida de memoria.
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Adicción a los medicamentos recetados
La adicción a los medicamentos recetados se refiere al uso indebido de medicamentos como las benzodiacepinas, lo que desencadena en una dependencia física y síntomas de abstinencia cuando se paraliza el consumo o se redice la dosis consumida.
Estas sustancias se caracterizan por su efecto sedante al actuar como depresoras del sistema nervioso central. Muchas personas que se vuelven adictas a estas drogas comenzaron a usarlas bajo prescripción para tratar depresiones, trastornos de ansiedad o epilepsia.
Sin embargo, el consumo prolongado de psicofármacos conlleva riesgos significativos, como el deterioro de la conciencia, torpeza motora, somnolencia crónica e incluso el coma o la muerte por intoxicación.
Adicciones comportamentales
Las adicciones comportamentales son aquellas orientadas a actitudes, comportamientos, relaciones con personas u objetos. Quienes sufren este tipo de adicciones, sienten una necesidad compulsiva de realizar una actividad, como el juego, el sexo o el trabajo.
Este tipo de adicciones resultan menos evidente de reconocer y aceptar, tanto para la propia persona como para su entorno más cercano. ¿Cuándo se considera patológica la adicción a las compras, al trabajo o a la comida?
En el caso de las adicciones comportamentales, se obtiene una sensación similar de bienestar al que se consigue cuando se activa el circuito de recompensa cerebral con drogas químicas.
Asimismo, al igual que en las adicciones a sustancias, se puede sufrir el síndrome de abstinencia a nivel psicológico cuando se impide realizar la acción que genera esa sensación de recompensa.
Te contamos a continuación qué adicciones comportamentales son las más comunes.
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Ludopatía: adicción al juego
La adicción al juego, ya sea al póker, a la ruleta, a las apuestas deportivas o cualquier forma de conseguir dinero gracias al azar, representa una enfermedad cada vez más extendida en España.
Cada vez con más frecuencia se ven a jóvenes entrando a casas de apuestas o, sobre todo, apostando de forma online.
Las consecuencias de la ludopatía se ven tanto a nivel psicológico y emocional en la persona afectada como en su entorno. Obsesionada por el objeto de su adicción, pierde el trabajo, se endeuda a niveles insospechados, involucra a sus familiares y hasta llega a quitarse la vida.
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Adicción al sexo
Cuando las relaciones sexuales se convierten en una obsesión y se buscan de manera compulsiva, no para obtener placer, sino para aliviar un malestar emocional, es posible que estemos frente a una adicción al sexo.
Esta adicción conductual, además, puede estar asociada con el consumo de sustancias como el alcohol o la cocaína, puesto que facilitan la desinhibición.
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Adicción a las compras
Este tipo de adicción comportamental se caracteriza por un impulso irrefrenable de adquirir objetos nuevos, que en la mayoría de los casos son innecesarios o incluso carentes de utilidad.
En numerosos casos, las compras se emplean como un mecanismo para regular o reforzar las emociones. Las principales consecuencias de la adicción a las compras incluyen deudas, deterioro en las relaciones personales, y problemas legales relacionados con el hurto o la estafa.
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Adicción al trabajo
En la sociedad actual, se ha promovido una cultura de sacrificio en el ámbito laboral, con el objetivo de maximizar el beneficio económico para la familia. Aunque trabajar es indispensable para la supervivencia, priorizar el trabajo por encima de otros aspectos fundamentales de la vida, como las relaciones personales, el cuidado de los hijos o el tiempo dedicado a las propias aficiones, puede llevar a un deterioro general en la calidad de vida.
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En conclusión, las adicciones son problemas serios que pueden afectar profundamente la calidad de vida de una persona, sus relaciones y su bienestar general. Reconocer que se necesita ayuda es el primer paso hacia la recuperación.
Si tú o alguien que conoces está luchando con algún tipo de adicción, es crucial buscar apoyo profesional. Nuestro centro en Valencia está aquí para ofrecer orientación, tratamiento y acompañamiento en este proceso. No dudes en ponerte en contacto con nosotros, juntos podemos encontrar el camino hacia una vida más saludable y equilibrada.