¿Odias quedarte sin batería en el teléfono móvil? ¿Te sientes agobiado si no lo llevas en la mano? ¿Sueles revisarlo muy a menudo? Este dispositivo se ha vuelto esencial en nuestro día a día, no solo para estar en contacto con la familia y amigos, sino también por las aplicaciones y facilidades que ofrece.
Pero muchas de las aplicaciones se consideran potencialmente adictivas. De hecho, existe una delgada línea entre disponer de un teléfono móvil para realizar ciertas tareas y sentirse incapaz de separarse de él. Al estado que hemos descrito se le conoce como nomofobia, trastorno mental que provoca un miedo irracional a no tener el teléfono móvil constante y permanentemente accesible.
Nomofobia, el nuevo miedo a estar sin el móvil
Este término proviene de ‘nomophobia’ o ‘no-mobile-phone-phobia’, que fue utilizado en 2009 en Reino Unido para referirse a la fobia a no tener el teléfono móvil. Este trastorno mental que causa la dependencia del dispositivo genera además una sensación de incomunicación y un elevado malestar emocional en la persona cuando no puede disponer del teléfono móvil.
A pesar de esto, cabe destacar que no es lo mismo dependencia al móvil que la adicción. Una persona puede ser dependiente de este dispositivo, pero no adicta.
Al hablar de nomofobia hacemos referencia a la adicción a las aplicaciones que incluye el dispositivo. La reacción en general viene generada por las redes sociales o aplicaciones de mensajería instantánea y no tanto a aplicaciones de transporte, salud o tiempo. Capítulo aparte merecen la potenciación de la ludopatía por el acceso a portales y webs de juego o las compras compulsivas facilitadas por los e-commerce.
¿Quién es más propenso a sufrirla?
Cualquier persona puede sufrir nomofobia. Sin embargo, este trastorno suele afectar sobre todo a los adolescentes, siendo el grupo de entre 14 y 16 años el de mayor prevalencia. Las generaciones más jóvenes tienen mayor riesgo de caer en la nomofobia por dos motivos.
El primero de ellos, que sienten una gran necesidad de aceptación por parte de los demás. El segundo, que este grupo de jóvenes está más familiarizado con las nuevas tecnologías.
Señales de adicción al móvil en la adolescencia
Existe un gran debate acerca del uso del móvil por pate de los más jóvenes. En su caso, se debe prestar atención a los posibles indicios de nomofobia que se muestran a continuación:
- Revisan el móvil constantemente para comprobar si aparecen nuevas notificaciones, y sienten malestar si no pueden hacerlo.
- Muestran irritación cuando no tienen wifi o si se limita el tiempo de uso del teléfono móvil.
- Duermen con el móvil dentro de la cama, y, en algunos casos, debajo de la almohada.
- Se ponen nerviosos cuando no obtienen respuesta a un mensaje.
- Siempre llevan cargadores portátiles por miedo a que se les pueda acabar la batería.
- Tienen insomnio a causa de la ansiedad que les genera tener que comprobar el móvil continuamente.
- Disminuyen el rendimiento académico.
- Son incapaces de disfrutar de los ratos de ocio sin un teléfono en la mano.
- No saben socializar con otras personas.
Cómo influye la adicción al móvil en el cerebro
La gran cantidad de información continua y rápida que proporcionan las pantallas o aplicaciones potencialmente adictivas provocan una sobreestimulación constante en el cerebro, que se habitúa a ello y percibe el mundo natural como algo aburrido con pocos estímulos.
Otro impacto a nivel emocional es que el cerebro entiende que, al mirar el móvil, nos sentimos menos aburridos, por lo que después es más complicado tolerar el malestar o la rutina, por ejemplo.
En el caso de la infancia, los médicos afirman que los niños sobreexpuestos a pantallas tienen más irritabilidad, menos paciencia y toleran menos la espera, debido a que los procesos de atención y del aprendizaje han quedado afectados.
Por otro lado, como ocurre con otras adicciones, con el paso del tiempo la dosis de siempre no estimula como lo hacía, ya que la persona se vuelve más tolerante, necesitando como consecuencia mayor dosis para sentir los mismos efectos placenteros del inicio.
Como conclusión, se establece una forma de vivir y percibir el mundo muy perjudicial al crear este ‘cerebro adicto’ que, por un lado, necesitará grandes dosis de estimulación continua a las que en realidad solo puede dedicar una atención superficial, y, por otro, sentirá aburrimiento con situaciones que discurran a otro ritmo.
Prevención de la nomofobia
Como ocurre con todas las adicciones, la prevención es clave. Por eso, te mostramos algunas acciones sencillas para evitar que el uso excesivo del celular desarrolle una dependencia extrema o una enfermedad grave.
- Desinstalar algunas aplicaciones que pueden ocasionar una pérdida de tiempo, como por ejemplo los juegos.
- No utilizar el móvil durante las comidas.
- Eliminar las notificaciones de cualquier aplicación.
- Establecer un horario para consultarlo y tratar de disminuir el tiempo de uso diario.
- No mirarlo si estamos manteniendo una conversación con amigos o compartiendo momentos de ocio con otras personas.
- Tratar de no usarlo como despertador, ya que puede influir en nuestro ciclo de sueño.
- Cargarlo fuera del dormitorio.
Tratamiento de la nomofobia
Aprender a controlar el uso del móvil es clave, y para ello es importante aprender a manejar la ansiedad que aparece en esas situaciones en las que no podemos, no es conveniente o sería mejor no usar el móvil.
Acudir a un profesional es necesario cuando las consecuencias de la adicción al móvil empiezan a alterar la vida de la persona, especialmente si se trata de un adolescente. En Intastur te ayudamos a poner una solución, y encontrar el camino para tomar el control de tu vida de nuevo.
Si crees que tú, o alguien de tu entorno puede estar desarrollando una adicción no dudes en ponerte en contacto con nosotros para que podamos ayudarte.