Las anfetaminas: drogas estimulantes

Si quisiéramos hacer una lista de todas las drogas que existen en el mundo seguramente nos faltaría papel. Sin embargo, sí que podemos clasificarlas por tipologías. De esta forma, y según la OMS, distinguimos entre tres tipos de drogas: las depresoras, las estimulantes y las perturbadoras. De éstas, las sustancias estimulantes se caracterizan por estimular la actividad del Sistema Nervioso Central. Lo hacen bloqueando la inhibición o excitando las neuronas directamente. Ejemplos de estas sustancias pueden ser la cafeína, la cocaína o, en el caso que nos ocupa aquí, las anfetaminas. Estas drogas son, a su vez, unas de las más peligrosas por las consecuencias que conllevan para el consumidor.

¿Qué son las anfetaminas?

El origen de las anfetaminas lo encontramos en la medicina, ya que al principio su uso estaba destinado a tratar dolencias. No obstante, debido a sus propiedades altamente adictivas, los médicos terminaron por dejar de prescribirlas. Como todas las sustancias psicoactivas las anfetaminas afectan al Sistema Nervioso Central y tienen efectos estimulantes, similares a los de la cocaína. El principal efecto que produce es un estado de alerta además de otras reacciones en la percepción, el hambre y el cansancio.

Cuando se consumen anfetaminas, el efecto es muy rápido, apenas unos segundos. Se experimenta una sensación de energía acelerada y de que es posible hacer cualquier cosa. Al empezar a desaparecer estos efectos llega el “bajón”. Es en este estado donde el consumidor puede experimentar paranoia (se siente perseguido o que traman algo contra él), depresión o agresión. Habitualmente, esta droga se consume por vía oral o intravenosa, aunque también se puede tomar por vía nasal e incluso por inhalación.

Efectos de las anfetaminas

Después de tomar anfetaminas lo primero que el organismo experimenta es una sensación de euforia y un aumento de energía considerable. La comunicación entre el cerebro y el cuerpo se acelera y, en consecuencia, la persona está más alerta y físicamente activo. Los efectos más habituales producidos por el consumo de estas sustancias son:

  • Sensación de que los pensamientos son mucho más claros
  • Alegría o euforia y diminución de las inhibiciones
  • Ganas de estar y hablar más con la gente, sociabilidad
  • Aumento de energía
  • Sensación de tener más el control y más seguridad en uno mismo
  • Aumento del nivel de conciencia, atención y concentración
  • Incremento de la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la frecuencia respiratoria
  • Disminución del sueño, el cansancio y el hambre

El uso más corriente de las anfetaminas es el recreativo en ambientes de fiesta durante los fines de semana. Aun así, hay otras circunstancias en las que se produce su consumo como en el trabajo para mantenerse despierto, a nivel académico para rendir más en el estudio o al hacer deporte para mejorar el rendimiento.

Efectos perjudiciales del consumo de anfetaminas

Además de los síntomas que experimenta el consumidor al tomar esta droga, un consumo prolongado en el tiempo de anfetaminas conlleva una serie de riesgos que pueden tener consecuencias de más o menos gravedad como:

  • Disminución del apetito y pérdida de peso. La pérdida de apetito es uno de los principales síntomas de las anfetaminas, hasta el punto de que en algunas ocasiones se utilizan estas sustancias para tratar problemas relacionados con el sobrepeso. Esto se explica por la acción de la serotonina en el organismo. Las anfetaminas actúan principalmente sobre esta sustancia que, entre otras funciones, regula el apetito mediante la saciedad. Como consecuencia de la pérdida de apetito, se produce a su vez una pérdida de peso de forma progresiva.
  • Las anfetaminas producen una estimulación general del Sistema Nervioso Central. Esto provoca un aumento extra de excitación que puede traducirse, en algunos casos, en sensaciones y sentimientos de nerviosismo.
  • Problemas de sueño. La dificultad para conciliar y mantener el sueño es otro de los efectos secundarios más típicos de las anfetaminas. Esto es debido a la sobreestimulación de estas drogas sobre el funcionamiento cerebral. Las funciones cerebrales se ven incrementadas y están más excitadas de lo normal, por lo que si las dosis administradas no se adaptan a las características de la persona pueden producir insomnio con relativa facilidad.
  • Estreñimiento o diarrea. Otra alteración que puede producir el consumo de anfetaminas son las desregulaciones digestivas. De este modo puede aparecer estreñimiento, diarrea u otras afecciones de tipo digestivo. Este hecho se explicaría porque del mismo modo que la anfetamina modula actividades cognitivas (como la capacidad de concentración) o psicológicas (como la sensación de bienestar), también modula partes del cerebro destinadas a realizar procesos de funcionamiento básicos como la digestión.
  • Problemas cardiorrespiratorios. Las anfetaminas tienen efectos en el sistema cardiovascular, aumentando presión sanguínea, tasa cardíaca y frecuencia respiratoria. Especialmente cuando se da una intoxicación, puede generar taquicardia, sudoración y aumentos de presiónque pueden desembocar en casos graves en parada cardiorrespiratoria.
  • Alteraciones motoras. Es frecuente la aparición de alteraciones en el aparato locomotor. Es posible que se genere debilidad y enlentecimiento o, por el contrario, agitación y temblores, pudiendo llegar en casos de intoxicación grave a propiciar crisis epilépticas.
  • Problemas emocionales. El consumo de anfetaminas acostumbra a generar fragilidad emocional, pasando de alegría a tristeza con gran facilidad y pudiendo provocar ansiedad o depresión. Incluso puede llegar a generar ideas suicidas.
  • El cerebro es una de las zonas más afectadas por esta droga. Concretamente en las regiones subcorticales que controlan los movimientos del cuerpo, las anfetaminas actúan provocando temblores en distintas partes del cuerpo.

Otros efectos secundarios del consumo de anfetaminas son:

  • Alucinaciones continuas e incapacidad para identificar lo que es real
  • Pérdida de memoria, dificultad para pensar claramente y accidente cerebrovascular
  • Temperatura corporal alta y enrojecimiento de la piel
  • Úlceras en la piel
  • Deterioro de los dientes
  • Disfunciones sexuales

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