La cocaína: una droga devastadora
De todas las drogas que se consumen en el mundo hay algunas que tienen más prevalencia que otras. Es el caso de la cocaína, que después del cannabis y el alcohol, es la sustancia con un mayor consumo. Si nos fijamos en España, la situación es particularmente significativa ya que hablamos del país de la Unión Europea donde más se consume esta droga. La cocaína afecta a muchas personas y sus efectos pueden llegar a ser devastadores. En este artículo veremos los síntomas que produce su consumo y porqué es tan peligrosa para la salud de aquellos que la consumen.
¿Qué es la cocaína?
La cocaína es un alcaloide que procede de la planta de la coca (Erythoroxylum coca) y es un estimulante del sistema nervioso central. La producción industrial de hojas de coca empezó en Asia, donde a finales del siglo XIX y principios del siglo XX empresas farmacéuticas alemanas, japonesas y holandesas usaban el clorhidrato de cocaína (cocaína pura) en los elixires y tónicos que fabricaban de manera totalmente legal. Más tarde, al comprobarse su toxicidad, dejó de usarse para fines médicos. En la actualidad, la producción de clorhidrato de cocaína es ilegal y su elaboración se concentra sobre todo en Colombia, Perú y Bolivia, en América del Sur.
Esta sustancia se presenta en forma de un polvo blanco e inoloro. Es un potente estimulante del sistema nervioso central y también actúa como anestésico local, pero, como decíamos antes, hace tiempo que ya no se usa a nivel médico debido a los peligros de su toxicidad. Además, otro riesgo añadido es la calidad de la droga en sí, ya que es común mezclarla con otros productos como harina, talco o azúcar para aumentar los beneficios económicos del vendedor. Por el contrario, la pureza de la cocaína se ve alterada por estos añadidos con lo que aumentan los daños para la salud del consumidor.
La cocaína actúa sobre los circuitos del cerebro responsables del placer y la gratificación. El sistema de recompensa del cerebro está diseñado para responder a estímulos básicos relacionados con la supervivencia, como la comida o el sexo. Sustancias como la cocaína estimulan ese sistema de forma masiva y el cerebro se acostumbra a esa situación, desarrollando lo que conocemos como tolerancia. Por eso, se necesitan dosis cada vez más frecuentes y elevadas. Si se abandona el consumo de manera abrupta, aparece el síndrome de abstinencia.
Efectos del consumo de cocaína a corto plazo
Los efectos de la cocaína se presentan casi inmediatamente después de una sola dosis y desaparecen en cuestión de minutos o al cabo de una hora. Las personas que toman cocaína en cantidades pequeñas, normalmente se sienten eufóricas, conversadoras y mentalmente alertas, especialmente con relación a las sensaciones visuales, auditivas y del tacto. La cocaína también puede disminuir temporalmente el apetito y la necesidad de dormir. Algunos consumidores sienten que la droga les ayuda a realizar más rápido algunas tareas simples, tanto físicas como intelectuales, mientras que a otros les produce el efecto contrario.
Por otro lado, la manera en cómo se administra la cocaína determina el tiempo que dura el efecto inmediato de euforia. Cuanto más rápida es la absorción, más intenso es el “subidón” o euforia que se experimenta. A la vez, como resultado de esta rápida absorción, la duración del efecto de la droga durará menos. Esta sensación de “subidón” que se produce al inhalar la droga tarda en llegar, pero puede durar entre 15 y 30 minutos. En contraste, los efectos que se obtienen fumando la cocaína pueden durar de 5 a 10 minutos.
El consumo de cocaína tiene una serie de efectos a corto plazo entre los que encontramos:
- Aumento del estado de ánimo
- Ausencia de fatiga
- Prepotencia
- Incremento de la seguridad en uno mismo
- Ausencia de cansancio, sueño y hambre
- Aumento del ritmo cardíaco, taquicardias y palpitaciones
- Hipertensión y aumento de la presión arterial
- Pupilas dilatadas
- Temblores
- Problemas respiratorios agudos
- Aumento de la temperatura corporal
- Sudores
- Hipersensibilidad a la luz, el ruido y el tacto
- Paranoia
La cocaína tiene un poder vasoconstrictor que produce un gran aumento de la presión arterial. Esto puede desembocar en infarto de miocardio, ictus o muerte súbita cardíaca. Esta subida brusca de la presión es habitual en consumidores crónicos, pero también puede aparecer después de un periodo breve.
Efectos del consumo de cocaína a largo plazo
Cuando el consumo se mantiene durante un tiempo prolongado aumenta el riesgo de sufrir consecuencias muy negativas para la salud. Algunos de los efectos a largo plazo son:
- Irritabilidad
- Incapacidad para concentrarse
- Fallos cognitivos
- Problemas psiquiátricos
- Cefalea
- Infarto cerebral
- Cardiopatías
- Complicaciones respiratorias y renales
- Rinitis crónica
- Perforación del tabique nasal
A largo plazo, la cocaína agrava las patologías respiratorias y aumenta el riesgo de infecciones pulmonares. Cuando la droga se consume por vía oral produce vasoconstricción en el intestino y, con el tiempo, puede llegar a provocar gangrena en los intestinos. Esto ocurre porque no llega oxígeno y se muere el músculo liso del intestino. También es grave la posible aparición de un síndrome psicótico caracterizado por delirios, trastornos y alucinaciones. Por otro lado, hay que resaltar los efectos que puede tener el consumo de cocaína sobre el feto durante el embarazo y en el neonato como una elevada mortalidad perinatal, aborto espontáneo y alteraciones nerviosas en el recién nacido. Finalmente, la muerte por consumo de esta droga se produce, sobre todo, por una hemorragia cerebral o fallo cardíaco.
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