Desde INTA, te explicamos las consecuencias de consumir hachís.  Apatía, síntomas depresivos, pérdida de interés en proyectos de futuro… pueden ser situaciones transitorias en la vida, pero hay personas para las que acaban siendo permanentes. El cannabis agrava aún más las predisposiciones personales en esa dirección, o las hace aparecer.

En España la droga ilegal más consumida por jóvenes y adultos es el cannabis. Sus diferentes formas y derivados, entre ellos el hachís o chocolate, son fácilmente accesibles y se han popularizado bajo una apariencia de sustancia sin peligros. Lo cierto es que fumar porros de hachís a diario puede afectar gravemente a la salud mental y a la física.

¿Qué es el hachís?

El hachís es el nombre de la droga que se extrae de la planta de cannabis, al igual que la marihuana, y es conocido también como polen, hash, chocolate, choco… Según la encuesta EDADES 2022, es la droga ilegal más consumida en el país, después de las drogas legales como el alcohol o los hipnosedantes: el 3% de la población española consumió cannabis en el año 2022.

El primer contacto en España con el hachís y otros derivados del cannabis se sitúa en los 15 años de edad, y los estudios colocan su consumo desde los 15 hasta los 64 años aproximadamente. La creencia más extendida por sus consumidores es que el hachís no crea adicción, porque se extrae de una planta y es “natural” porque no es producto de procesos químicos elaborados. Es por esta razón que su adicción es de las más peligrosas, en absoluto es una droga inocua y puede crear una fuerte adicción y dependencia.

Muchos consumidores piensan que no hay adicción porque pueden pasar días sin consumir hachís o chocolate sin tener síndrome de abstinencia. Pero en realidad esto se debe a que la sustancia consumida es de absorción lenta, tarda en eliminarse del organismo. Esta característica hace más difícil tratar o detectar una adicción a la marihuana y derivados.

¿Qué efectos provoca?

Según los expertos, el hachís es una droga “traicionera” porque, en comparación con otras sustancias, produce su efecto tóxico de forma silenciosa e insisten en el riesgo de concebirla como natural, restándole peligro y nocividad a su consumo. Además, en los últimos años se ha incrementado el contenido de TCH del hachís lo que intensifica su capacidad de crear dependencia.

El THC es el principal compuesto psicoactivo del hachís y sus derivados y afecta directamente a los receptores del sistema endocannabinoide, que es esencial para regular el estado de ánimo.

Por comparación con otras sustancias, hachís y los porros se consideran desde hace décadas como “droga blanda”, sin apenas efectos negativos en el organismo. Desde luego, es un error, y su consumo ha sido causa del incremento de aparición de brotes psicóticos en los últimos años. El efecto del hachís tarda años en aparecer, a diferencia de otras drogas, lo que provoca que la percepción del riesgo en los consumidores sea mínima a la hora de consumirlo, simplemente no hay una relación causa-efecto inmediata.

El consumo diario o excesivo de hachís provoca:

  • Problemas respiratorios: fumar porros de hachís, marihuana o chocolate puede irritar los pulmones, derivando en tos, bronquitis y dificultades respiratorias progresivas.
  • Problemas cognitivos: el consumo diario de hachís y derivados puede afectar a la memoria, tanto a corto como a largo plazo, la capacidad de aprender y la capacidad de tomar decisiones. El uso de esta droga puede afectar al desarrollo cerebral especialmente en adolescentes y jóvenes, ya que el cerebro sigue desarrollándose hasta los 23 o 24 años de edad.
  • Problemas psicológicos: fumar cannabis cada día puede aumentar el riesgo de padecer o sufrir depresión, ansiedad, manía, trastorno bipolar, psicosis, cambios en la personalidad o esquizofrenia, entre otros. En muchos casos, hay una predisposición genética a padecer una enfermedad de salud mental, y junto con la adicción al hachís, puede tratarse de un caso de patología dual.
  • Problemas de salud cardiovascular: el uso diario de marihuana y derivados puede hacer que la persona adicta aumente la presión arterial y el riesgo de ataques cardíacos, arritmias e infartos.
  • Problemas de percepción de la realidad: el hachís puede causar una sensación de bienestar, euforia y relajación que afecta directamente a la percepción del tiempo y del espacio. Esto provoca que las cosas desde la perspectiva de la persona que consume parezcan más lentas o más intensas de lo normal.
  • Problemas de fertilidad: el uso habitual de hachís, y todos los derivados del cannabis, puede afectar a la fertilidad tanto a hombres como a mujeres, presentando problemas a largo plazo.
  • Problemas de adicción: cuando hablamos de consumo diario de alguna sustancia o alguna conducta problemática, hablamos de adicción. La persona que consume hachís cada día o prácticamente de manera diaria inevitablemente sufre adicción y una fuerte dependencia a la droga.

¿Qué consecuencias tiene fumar hachís a diario?

El hachís y su uso diario tiene consecuencias a nivel sistémico, ya que afecta al corazón, a los pulmones y tiene efectos oculares, gastrointestinales, musculares y endocrinos.

El consumo de hachís puede derivar en una intoxicación grave, que acabe en un brote psicótico, crisis de pánico o ataques de ansiedad.

Los consumidores frecuentes y diarios de hachís presentan déficits neuropsicológicos y diferencias significativas en el funcionamiento del cerebro. Las personas adictas al consumo de hachís y derivados presentan mal funcionamiento y deterioro de la memoria, déficit de atención y del funcionamiento ejecutivo, dificultad en el aprendizaje y un grave deterioro en el control de la inhibición y la toma de decisiones.

Algunas personas, dado esta afectación en el cerebro, al consumir hachís frecuentemente pueden experimentar una disminución en su rendimiento académico o laboral. A este conjunto de síntomas se le llama a menudo síndrome amotivacional.

Este síndrome se caracteriza por la apatía, la falta de ganas y el poco interés que tiene la persona adicta de relacionarse con los amigos y la familia, es decir, círculos cercanos. Normalmente se enmascara como “pasotismo”.

Salir de la adicción 

Si crees que tú o alguien de tu entorno está lidiando con una adicción al hachís, pide ayuda a profesionales. En INTA, contamos con un equipo de profesionales especializados en la enfermedad de adicción y garantizamos una atención personalizada e integral a pacientes y familias.

Estamos a tu disposición para lograr que venzas la adicción a las drogas o a cualquier conducta adictiva. Ponte en contacto con nosotros si necesitas volver a recuperar el control de tu vida. Consigue salir de la adicción y empezar de nuevo.

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