Las personas que consumen drogas lo hacen con el fin de conseguir unos efectos determinados. Algunas sustancias producen una sensación de euforia mientras que otras conducen a la persona a un estado de relajación.
Tomadas de forma aislada son muchos los riesgos que implican para la salud tanto física como psicológica; combinar drogas puede tener unos efectos todavía más devastadores. Una de las combinaciones más habituales es el alcohol con otras sustancias.
Desde Intastur te mostramos los peligros de combinar el alcohol con otras drogas.
Alcohol y cocaína
Es una de las combinaciones más habituales sobre todo en ambientes festivos. La cocaína es una droga estimulante mientras que el alcohol es una droga depresora. Las personas que combinan estas dos sustancias lo hacen normalmente para contrarrestar los efectos de una y otra y conseguir un estado de mayor bienestar. La cocaína produce:
- Sensación de euforia y energía: hiperactividad, excitación física y mental
- Aumento del ritmo cardíaco y de la frecuencia respiratoria
- Falsa sensación de mayor rendimiento, éxito y autoconfianza
- Aumento de la temperatura corporal
El alcohol, por su lado, produce:
- Sensación de agotamiento, fatiga y somnolencia
- Disminución del ritmo cardíaco y de la frecuencia respiratoria
- Menor atención y coordinación psicomotriz
- Disminución de la temperatura corporal
Se puede decir que a corto plazo la combinación contrarresta los efectos subjetivos no deseados de ambas sustancias. Es bastante común que las personas que consumen cocaína cuando ya están bebiendo lo hagan para poder beber sin tener la percepción de emborracharse, aparentemente siguen alerta, centradas.
En realidad, no es que la cocaína disminuya los efectos del alcohol, sino que los enmascara. El consumidor tiene una percepción subjetiva de que no está intoxicado. En ocasiones, lo hace porque no le gusta que los demás lo vean borracho y al tomar cocaína le parece que no lo esté. Pero la intoxicación alcohólica es incluso mayor a nivel orgánico.
Tomar alcohol y cocaína a la vez produce una serie de efectos muy peligrosos para el organismo como:
Cocaetileno
Combinación fatal a causa de la metabolización de las dos sustancias en el hígado. Dura más tiempo en el organismo y es más tóxico que el consumo de una de las dos sustancias por separado. Sus efectos son más intensos y aumenta el daño cerebral de la función de la toma de decisiones, pudiendo provocar daños irreparables e incluso la muerte.
Cambios en el comportamiento: hay un aumento significativo de la agresividad. El ejemplo más común son las peleas que se producen las noches del fin de semana y que acaban con visitas a Urgencias.
Alteraciones cognitivas
Se produce un incremento de distorsión de la realidad y la pérdida de consciencia y memoria. También se incrementa la exposición a conductas de riesgo en las relaciones sexuales o se conduce bajo los efectos de la combinación de ambas drogas. Además, hay una mayor probabilidad de psicosis.
Aumento del consumo
El hecho de combinar las dos sustancias con diferentes efectos, provoca que aumente el abuso de ambas. La cocaína hace consumir más alcohol y a la inversa. Así, crece directamente el riesgo de sufrir una sobredosis, ya que se puede llegar a tomar grandes cantidades de cocaína o alcohol. Además de provocar un mayor riesgo de adicción, una intoxicación grave puede conducir al coma o hasta la muerte, puesto que aumenta el riesgo de infarto de miocardio, cerebral, arritmias y muerte súbita.
Alcohol y hachís (cannabis)
Otra de la combinación entre drogas más habitual es mezclar cocaína con hachís, que también supone un riesgo para la salud del consumidor. Como los efectos iniciales de estas dos sustancias están asociadas a la relajación física y psicológica, es habitual que muchas personas las tomen de forma simultánea para facilitar una sinergia.
Tanto la intoxicación de hachís como la de alcohol disminuye el rendimiento cognitivo y conductual, por lo que no resulta extraño que los efectos al tomar ambas drogas, estos efectos sean más graves.
Cuando se combinan, el alcohol potencia los efectos del hachís, ya que aumenta la concentración de THC en sangre, el principal componente psicoactivo del cannabis.
Adicionalmente, el hachís afecta a la función normal del tracto gastrointestinal y hace que el alcohol sea absorbido en mayor medida por el organismo, provocando una disminución de los efectos del alcohol. Esta combinación puede provocar reacciones físicas y cognitivas perjudiciales para la salud, sobre todo si la cantidad de alcohol es excesiva.
Entre los efectos más habituales de esta mezcla encontramos:
- Sensación de mareo y debilidad
- Palidez
- Náuseas y vómitos
- Incremento de la probabilidad de aparición de síntomas de carácter psicológico como ansiedad y pensamientos paranoides
Alcohol y éxtasis
Si hablamos de las combinaciones más peligrosas, el éxtasis con alcohol es una de ellas. Uno de los principales riesgos de esta mezclar es el de sufrir una severa deshidratación. El éxtasis incrementa la temperatura del cuerpo, la actividad muscular y hace sudar más, mientras que el alcohol hace perder fluidos porque provoca ganas de orinar.
Cuando la deshidratación es grave puede afectar al compartimento neuronal donde falta el agua disponible en los nervios. Los fluidos se extraen de las células del cerebro y es posible que éstas dejen de funcionar, con lo que puede provocar insuficiencia cardíaca, respiratoria o coma.
Otro peligro de combinar éxtasis con alcohol tiene que ver con la retención de orina. Mientras que el alcohol genera más orina y ganas de ir al baño, el éxtasis provoca retención urinaria. Al no poder expulsar la orina, esta situación puede provocar daños en el hígado o la vejiga e incrementar la toxicidad de la urea en la sangre.
En los casos más graves, la toxicidad de la urea puede causar un coma. Por otro lado, esta mezcla de drogas también afecta al sistema nervioso y puede provocar arritmias cardíacas que pondrían en peligro tanto a la circulación como a los órganos.