Causas del Síndrome Amotivacional

El consumo frecuente de marihuana tiene un elevado número de probabilidades de producir, entre otros efectos, a largo plazo este trastorno en el consumidor. No es exclusivo del Cannabis sino que también se da como consecuencia del consumo de otras sustancias que tienen como efecto generar un efecto en el cerebro de gratificación instantánea.

Existen estudios que apuntan a que la marihuana no es el único factor que lo causa. Para desarrollar este trastorno es necesaria una predisposición mental y la droga actuaría como desencadenante. Por lo tanto, lo padecerían específicamente aquellas personas con una psicología más sensible a los cambios y, de esa manera, más vulnerables.

A pesar de que el síndrome amotivacional  no cuenta como efectos dañinos de la marihuana como tal, genera un cambio conductual considerable que con el tiempo puede llevar a comportamientos de riesgo.

Efectos del síndrome amotivacional en la personalidad

Aunque es difícil determinar exactamente las causas que generan este trastorno, no pasa lo mismo con sus consecuencias. Un individuo que padezca este síndrome es fácilmente identificable a través de un análisis de su comportamiento habitual. Algunos de los efectos que la marihuana tiene sobre la conducta son:

  • Apatía: La persona pierde todo el interés sobre lo que ocurre a su alrededor y es incapaz de tener iniciativa. Ningún estímulo le llama la atención y no reacciona ante nada por completa falta de motivación.
  • Incapacidad para trazar planes: Al perder la motivación, la persona es incapaz de formar sus propios planes de futuro. No se marca objetivos ni metas, y, por lo tanto, su vida vive siempre dentro de un mismo ciclo sin cambios.
  • Pasividad total: El individuo no reacciona ante su entorno, pierde completamente el interés en lo que pasa a su alrededor. Su incapacidad para prestar atención le aísla gradualmente.
  • Conformismo: Una de las consecuencias más obvias de la falta de motivación y del hecho de no poder marcarse objetivos es el conformismo. El adicto se siente bien con su estatus, goza de su zona de confort, y, por lo tanto, no toma decisiones y siente pereza cada vez que tenga que realizar algo.
  • Abandono de los principios: Encerrado en su burbuja, no le importa lo que pase fuera. Su código moral se debilita y va perdiendo valores y principios.
  • Imposibilidad de sentir emociones: A pesar de que la persona pueda reflexionar o ser consciente de su situación, es incapaz de sentir emociones. Su vida pierde el sentido y va transcurriendo sin cambios porque no tiene la motivación para valorar las situaciones que le afectan.
  • Aislamiento social: Al perder el interés y la motivación por cualquier aspecto de la vida, las relaciones sociales se degradan. El adicto es incapaz de salir de la zona de comodidad en la que se encuentra y, en consecuencia, pierde el contacto con el exterior o la vida real.
  • Introversión: La apatía, la falta de emotividad y los demás síntomas se manifiestan en su personalidad. La persona adopta la introversión como forma para mantenerse en un ficticio estado ideal e inmutable.
  • Depresión: En ocasiones la persona afectada puede llegar a sufrir episodios de tristeza profunda. Sin embargo, es incapaz de identificar los elementos que le conducen a ella.
  • Ausencia de afecto: La falta de emociones también conlleva una falta de afecto. Nunca estrecha lazos con las demás personas ni siente emociones fuertes ante cualquier situación posible.
  • Deterioro de habilidades sociales: Al sufrir aislamiento y un comportamiento introvertido, su capacidad para relacionarse con otros seres humanos se degrada significativamente. Le resulta mucho más difícil entablar una conversación con cualquier persona. Por eso tiende a evitar las situaciones en las que se requiera interactuar con alguien.
  • Reducción de las capacidades cognitivas: Al reducirse casi completamente todos sus vínculos con lo que pasa fuera de su mente, la persona perjudica sus capacidades cognitivas. La capacidad de concentración, los reflejos o la memoria pierden facultades y en consecuencia, le cuesta más procesar la información.
  • Olvido de la higiene personal: Sin motivación ni objetivos, la persona pierde completamente el interés en su aspecto físico. Por ello, acaba descuidando su higiene personal porque lo interpreta como un sinsentido.
  • Relaciones sexuales insatisfactorias: Sin relaciones interpersonales ni motivación, la vida sexual del individuo queda carente de interés. Por lo tanto, lo ve como una interacción más que debe realizarse y que no se atreve a afrontar.

En resumen…

El conocido como «Síndrome Amotivacional» producido por la marihuana es un estado psicológico y uno de los efectos que aparece en aquellas personas que consumen marihuana (cannabis) de forma habitual. La persona pierde interés sobre cualquier tema y actividad y es incapaz de interactuar con su entorno de forma normal.

Este trastorno guarda muchas similitudes con la depresión por las consecuencias que conlleva. Cuando una persona sufre este estado mental, le invade una sensación de profunda apatía que acaba dominando todos los aspectos de su vida. Desde el inicio, pierde completamente las ganas de hacer nada, se distancia de todas sus relaciones sociales, y no es capaz de sentir emociones profundas ni responder emocionalmente a cualquier situación.

Aunque el síndrome amotivacional de la marihuana es un fenómeno que puede desarrollarse debido a un estado psicológico negativo, es más común en las personas que consumen marihuana.

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