Las drogas alucinógenas
En la actualidad el mundo de las drogas ha crecido tanto que son muchos y muy variados los tipos de sustancias que existen. Algunas son legales como el alcohol. Otras están prohibidas como la cocaína. Y algunas se encuentran en forma de medicamentos, cuyo mal uso puede desembocar en un consumo abusivo y nocivo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) distingue entre tres tipos de drogas o sustancias según sus efectos: depresoras, estimulantes y alucinógenas. En este artículo veremos cómo actúan las drogas alucinógenas, qué efectos producen en el organismo y cuáles son las sustancias más populares de este tipo.
¿Qué son las drogas alucinógenas?
Los alucinógenos son un conjunto de drogas que se caracterizan por alterar la conciencia que tiene una persona de su entorno y también sus propios pensamientos y sentimientos. Habitualmente se clasifican en dos categorías: los alucinógenos clásicos (como el LSD) y las drogas disociativas (como la fenciclidina). Los dos tipos pueden provocar alucinaciones o sensaciones e imágenes que parecen reales, aunque no lo sean. Además, como resultado del efecto de las drogas disociativas, los consumidores pueden sentirse fuera de control o desconectados de su cuerpo y su entorno.
Respecto al origen de estas sustancias, éste es diverso. Algunos alucinógenos se extraen de hongos o plantas, mientras que otros son sintéticos, es decir, fabricados por el ser humano. A lo largo de la historia, las personas han usado estas drogas para rituales religiosos o de sanación. Sin embargo, en la actualidad la gente toma alucinógenos con finalidades sociales o recreativas o para divertirse, combatir el estrés, vivir experiencias espirituales o simplemente para sentirse diferente.
Al consumir un alucinógeno, la persona ve imágenes, oye sonidos y experimenta sensaciones que parecen reales, pero no existen. Se trata de alucinaciones que pueden tardar en empezar entre 20 y 90 minutos después del consumo y que pueden durar hasta 12 horas en algunos casos (LSD) o apenas 15 minutos (dimetiltriptamina). Las personas que toman alucinógenos acostumbran a referirse a las sensaciones vividas como “viajes”. Por eso, si la experiencia ha sido desagradable la llaman “un mal viaje”. El consumo de estas sustancias tiene una serie de efectos a corto plazo (además de las alucinaciones) entre los que encontramos:
- Cambios en la percepción del tiempo (parece que pase más lento)
- Náuseas
- Aumento de la frecuencia cardíaca
- Mayor intensidad de los sentimientos y las experiencias sensoriales (por ejemplo, ver los colores más brillantes)
- Pérdida de apetito
- Sudoración excesiva
- Movimientos descoordinados
- Aumento de la presión arterial, la frecuencia respiratoria y la temperatura corporal
- Sensación de relajación
- Sequedad en la boca
- Problemas para dormir
- Experiencias espirituales
- Pánico
- Paranoia y psicosis
Sustancias alucinógenas del sistema nervioso central
- Éxtasis
También conocido como MDMA, el éxtasis forma parte de la familia de las anfetaminas. Se trata de una droga alucinógena y estimulante al mismo tiempo cuyo consumo hace que las personas experimenten sensaciones de mucho placer y una alta estimulación mental. Aunque los efectos provocados por el éxtasis puedan parecer buenos en un principio, el organismo no los regula de manera natural. Por eso, los efectos negativos que aparecen después terminan por superar a los positivos. En el caso del éxtasis la sensación de bienestar es transitoria.
- Mescalina
La mescalina es una droga de tipo alcaloide con propiedades alucinógenas. Se obtiene de un cactus mexicano llamado peyote y la forma más habitual de consumo es masticada, aunque también se puede preparar una infusión similar a la de un té. Tomarla provoca alteraciones perceptivas, así como visiones y alucinaciones de diversos tipos. Destaca el tiempo que pueden durar los efectos que pueden ser de hasta tres días.
- Fenciclidina
En este caso se trata de una droga disociativa. Esto significa que, además de tener efectos alucinógenos, también posee un importante efecto anestésico. En la calle se la conoce popularmente como “polvo de ángel”, y se presenta como un polvo cristalino que es soluble en agua, aunque también se consume en pastillas. La duración de los efectos de esta droga es relativamente corta, unas 4 horas, y hace que el consumidor experimente alucinaciones, acompañadas por estados intensos de euforia y algunas distorsiones referentes a los sentidos.
- LSD
El LSD es un compuesto derivado del hongo del centeno. Su color es blanco y es soluble en el agua, además de ser totalmente inodoro. En su origen, el LSD se produce en forma de cristal y, posteriormente, es molido y convertido en polvo. Las personas que consumen esta droga suelen decir que sus efectos les producen “viajes”. Lo que es difícil de saber es si el efecto de la droga será placentero o desagradable. Esta sustancia interrumpe los receptores de serotonina, además de provocar alucinaciones.
- Dimetiltriptamina
Esta droga, que forma parte de la familia triptamina, no es muy común. Destaca porque puede consumirse de muy variadas formas, aunque la más habitual es en forma de cigarrillo, pudiéndose tomar también mediante inyecciones o inhalaciones. En lo que respecta a los efectos, éstos son muy cortos si los comparamos con otras sustancias. Duran aproximadamente entre 5 y 30 minutos como máximo. A pesar de su corto efecto, las alucinaciones que se presentan después del consumo suelen ser bastante intensas.
- Derivados del cannabis
A este tipo de drogas no se las considera alucinógenas como tales. Sin embargo, sus efectos provocan alucinaciones en muchas personas que las consumen. Principalmente, los derivados del cannabis producen alteraciones significativas de la percepción y alucinaciones. También es habitual que a medida que los efectos van desapareciendo, el consumidor experimente un incremento anormal del apetito.
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