La adicción es un problema de salud complejo que afecta a millones de personas en todo el mundo. Crea problemas en la persona adicta y merma su calidad de vida. Puede causar dificultades graves que afecten tanto a la salud física como mental de la persona que consume.
A menudo, aquellos que sufren de adicción luchan en silencio, y la detección temprana de esta condición puede ser crucial para iniciar un proceso de recuperación. Por eso es importante que familiares como amigos puedan colaborar en la detección, tratamiento y seguimiento de recuperación del paciente. La duda es: ¿cómo detectar una adicción?

¿Qué es la adicción?
La adicción es una enfermedad crónica que se caracteriza por la dependencia de una sustancia o comportamiento, como las drogas, el alcohol o el juego. Las personas con adicciones a quedan atrapadas en el comportamiento adictivo negando las consecuencias negativas que tiene para su vida personal, social y profesional o intentando ignorar la conexión.
La persona adicta busca un alivio a través del consumo de sustancias o actividades nocivas que implica una incapacidad para controlarlo, dificultad para abstenerse, deseo de consumo cada vez mayor, problemas en las relaciones interpersonales y una respuesta emocional disfuncional.
La adicción afecta tanto al cuerpo como a la mente. Físicamente, la persona puede desarrollar tolerancia, lo que significa que necesita consumir más o intensificar su conducta para obtener el mismo efecto. Mentalmente, la dependencia puede generar una necesidad urgente e incontrolable de consumir la sustancia o realizar el comportamiento adictivo.
Cómo intervenir de manera efectiva
Los síntomas de la adicción pueden variar dependiendo del tipo de sustancia o comportamiento adictivo involucrado. Sin embargo, existen ciertos signos generales que pueden ayudar a identificar si una persona está luchando contra una adicción. Estos son algunos de los síntomas más comunes:
Cambios en el comportamiento
Uno de los primeros indicios de una posible adicción son los cambios en el comportamiento de la persona. Pérdida de control de las acciones o uso de las sustancias es uno de los primeros comportamientos más comunes y claros que podemos ver en una persona adicta. Además, la adicción y la dependencia están fuertemente relacionadas con las emociones y los estados de ánimo. Es probable que la persona adicta experimente tristeza o irritabilidad más profundas o acuse cambios de humor más drásticos. También puede sufrir ansiedad, insomnio y otros problemas que dificultan su vida cotidiana.
La persona se va alejando de amigos y familiares, prefiriendo la soledad o pasando tiempo con personas que comparten la misma adicción, oculta el consumo, evita preguntas sobre su vida personal o miente. Lo que antes era importante – trabajo, estudios o relaciones personales, queda en segundo plano. La adicción se convierte en la prioridad número uno.
Por lo que hace a la rutina y al día a día de esa persona, se puede observar cómo pierde el interés por actividades que antes disfrutaba, como hobbies, deportes o reuniones sociales, ya que está enfocado al consumo de la sustancia o al comportamiento adictivo.
Cambios físicos
La adicción no solo afecta al comportamiento, sino también al cuerpo. Los signos físicos pueden ser bastante reveladores. Se pueden experimentar cambios en el peso debido a la pérdida de apetito o al consumo excesivo de alimentos como una forma de compensar el consumo de drogas o alcohol.
El agotamiento es un síntoma común de quienes luchan con una adicción. Esto se debe al impacto de la adicción en el cuerpo y el sistema nervioso. En general, se puede notar un deterioro físico notable, como piel opaca, ojos enrojecidos o apariencia desaliñada. Las personas con adicción pueden experimentar problemas de salud recurrentes como dolores de cabeza, náuseas, sudoración excesiva o falta de coordinación.
Problemas emocionales y mentales
La adicción también puede tener un fuerte impacto en el bienestar emocional y mental de la persona. Se suele manifestar con altibajos emocionales significativos, lo que puede llevar a reacciones desproporcionadas ante situaciones que no deberían desencadenarlas.
Las personas con adicción pueden tener dificultades para lidiar con sus emociones y experimentan altos niveles de ansiedad, tristeza o desesperanza. La adicción puede llevar a la persona a pensar constantemente en consumir la sustancia o realizar el comportamiento adictivo, incluso cuando no es necesario o apropiado.
Cómo intervenir de manera efectiva
Si identificas que alguien de tu entorno está mostrando signos de adicción, es importante actuar con prudencia, empatía y respeto. Aquí te ofrecemos algunos consejos sobre cómo intervenir de manera efectiva:
1. Educación sobre la adicción
El primer paso para poder intervenir de manera efectiva es entender la adicción. Se debe tener información sobre los efectos de la sustancia o el comportamiento al que la persona está vinculada. Esto permitirá abordar el tema con mayor comprensión y evitar malentendidos.
2. Hablar con la persona de forma empática
La aproximación a la persona para hablar sobre las preocupaciones que está causando, se ha de hacer de manera empática y sin juzgar. La adicción es una enfermedad, no una debilidad de carácter. Buscar un momento tranquilo en el que la persona no esté bajo el efecto de la sustancia es esencial para poder hablar del tema. Un entorno privado y relajado es ideal para este tipo de conversaciones. Hay que asegurarse de dar espacio a la persona para que se exprese sin interrumpirla. La escucha activa es clave para generar confianza.
3. Ofrecer apoyo, no soluciones inmediatas
Aunque es tentador ofrecer soluciones rápidas, es importante recordar que la adicción no se resuelve de inmediato. La persona necesitará tiempo y apoyo para reconocer el problema y buscar ayuda. Hay que transmitir adecuadamente a la persona que no está sola en su lucha. El apoyo emocional es fundamental para que se sienta más cómoda al buscar ayuda. No se debe ejercer demasiada presión, ya que la persona puede no estar lista para tomar esa decisión.
4. Establecer límites claros
Si bien es importante ser comprensivo, también es necesario establecer límites claros para proteger el bienestar ppropio y el de la persona afectada. No son admisibles comportamientos que sean perjudiciales para terceros. Los límites pueden incluir: no tolerar abusos verbales o físicos, no financiar la adicción e involucrarse en un grupo de apoyo dirigido por profesionales.
5. Fomentar la paciencia y la perseverancia
La recuperación de una adicción es un proceso largo y desafiante. Hay que fomentar la paciencia y la perseverancia de la persona afectada. Recordarles que el camino hacia la recuperación puede tener altibajos, pero con el apoyo adecuado y el esfuerzo, la superación es posible.
Pide ayuda en Intastur
Detectar que una persona del entorno más cercano está lidiando con una adicción puede ser doloroso y difícil pero es un paso fundamental para ayudarla en su camino hacia la recuperación. Al estar atentos a los síntomas físicos, emocionales y de comportamiento, y al intervenir de manera compasiva e informada, se puede desempeñar un importante papel en la recuperación. En Intastur ayudamos a recuperar el bienestar, tanto si se sufre una adicción como si se es familiar o amigo de la persona adicta. Con la ayuda adecuada, la recuperación es posible.