¿Cómo se puede llegar a la drogadicción?

Del consumo a la adicción

Desarrollar una drogadicción es una de las peores cosas que le pueden pasar a una persona. Son varias las causas que pueden llevar a esta situación como haber vivido etapas de estrés o por factores genéticos. Incluso puede darse por engancharse a medicamentos recetados por prescripción médica. En cualquier caso, normalmente los hábitos de drogadicción surgen como consecuencia de una serie de situaciones previas que predisponen a ella. Asimismo, es importante destacar que cada individuo es totalmente diferente a la hora de enfrentarse a estas situaciones. De esta forma, no todas las personas que consumen drogas terminan desarrollando hábitos de drogadicción necesariamente.

Principales causas que conducen a la drogadicción

En la introducción hemos dicho que la drogadicción no aparece de forma espontánea, sino como respuesta a un conjunto de situaciones previas que conducen a ella. Es decir, la drogadicción no tiene una causa única. Está estudiado que para que una persona decida empezar a consumir drogas de manera habitual, es necesaria la aparición de dos o más causas al mismo tiempo. Entre las más importantes que explican la drogadicción encontramos:

1. Prescripción médica

Mucha gente tiende a pensar que las drogas que provocan adicción son únicamente sustancias ilegales u otras como el alcohol. No obstante, hay fármacos bajo prescripción médica que tienen un riesgo importante de adicción. El problema viene cuando el consumo no es el adecuado. Entonces, se convierten en potenciales drogas de abuso que pueden generar, como mínimo, mucha dependencia. Algunos de los medicamentos que más casos de adicción provocan son los estimulantes, los calmantes o los antidepresivos. La mayoría de las personas que los consumen no se enganchan a estos fármacos, pero algunas de ellas caen en la drogadicción.

2. Curiosidad

Esta se trata de una de las principales causas del consumo de drogas, como reflejan muchos estudios. En este caso, son bastantes las personas que comienzan a experimentar con algunas sustancias en base a lo que han escuchado, lo que sienten después de haberlas probado o la simple curiosidad de porqué están prohibidas algunas drogas. Esto afecta principalmente a la población más joven, la cuál se inicia en el consumo de drogas influenciados por la información que reciben de su entorno. A pesar de que el uso de sustancias haya podido empezar siendo recreacional, en algunas ocasiones puede convertirse en una adicción de verdad.

3. Para mejorar el rendimiento

Hay ámbitos como por ejemplo el académico o el deportivo donde es habitual que algunas personas hagan uso de las drogas con el objetivo de mejorar su rendimiento. En este sentido, existen sustancias que actúan como suplementos alimenticios y funcionan para mejorar el desempeño. Sin embargo, un consumo en un momento específico para un fin concreto puede acabar por convertir este uso en una adicción con una alta probabilidad.

4. Presión del grupo

Esta causa se da especialmente entre los adolescentes donde la presión que reciben de su grupo hace que puedan iniciarse en el consumo. Si éste es algo habitual en el grupo, es muy posible que el chico o chica empiece a consumir también con la intención de integrarse. Asimismo, ceder ante la presión del grupo es otra manera de probar su independencia hasta el punto de rebelarse contra sus padres. No obstante, esta presión de grupo no es algo exclusivo de los adolescentes y puede llegar a ocurrirle a cualquiera tenga la edad que tenga. Por ejemplo, en el trabajo o cuando se entra a formar parte de nuevas clases sociales puede aparecer esta presión en personas adultas.

5. Influencia

Otro factor muy común que lleva a la adicción es por influencia de otra persona que sea adicta. De esta forma, familiares, compañeros de trabajo o amigos cercanos son elementos potencialmente influenciables. Especialmente cuando uno es pequeño, el entorno familiar puede influir mucho. En este sentido, ser hijo de padres drogadictos o con trastornos mentales puede conducir a los más jóvenes al consumo de drogas. La razón de esto es que los niños tienden a copiar los valores y comportamiento de sus progenitores cuando son un ejemplo para ellos. Y esto aún es peor cuando el consumo de drogas es algo habitual e incluso está normalizado en el ámbito familiar. También si la influencia viene de personas famosas o personajes públicos puede afectar a la persona en su comportamiento. Así, hay personas que para imitar conductas de celebridades acaben tomando drogas.

6. Dificultades para conciliar el sueño

Los problemas derivados del sueño cada vez afectan a más personas. Las que necesitan descansar correctamente o aquellas que trabajan por la noche y tienen que dormir durante el día puede que empiecen a consumir medicamentos para ayudarles a conciliar el sueño. Sin embargo, en el momento en el que la persona se obsesiona con el cansancio y las horas de sueño, el consumo repetitivo de estos fármacos puede acabar convirtiéndose en una seria adicción.

7. Presiones de la vida

Un ritmo de vida sometido a una gran presión o estrés, ya sea de tipo familiar, laboral o social puede hacer que algunas personas acaben recurriendo a las drogas como vía de escape para relajarse y aliviar la tensión. No obstante, la propia adicción generará más y más tensión entre un consumo y otro, por lo que la persona necesitará cada vez más dosis y lo hará de forma más y más habitual. También el hecho de haber experimentado vivencias traumáticas es otro factor que influye a la hora de recurrir a las drogas. A través de estas, se intenta olvidar ciertos recuerdos que torturan la mente para distraer así la mente y no tener que hacerles frente.

 

8. Enfermedades mentales

Existen enfermedades mentales y otros trastornos cuya sintomatología puede hacer que una persona acabe consumiendo algún tipo de droga con el fin de aliviar el dolor o para reducir el malestar psicológico. Los trastornos más comunes asociados al consumo de drogas son ansiedad, depresión, hiperactividad, esquizofrenia, trastorno por déficit de atención e hiperactividad y trastorno bipolar.

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