Más vale prevenir que curar
El consumo de alcohol es una práctica muy extendida alrededor del mundo. Ya sea para acompañar las comidas, en ambientes sociales o simplemente porqué apetece, son muchas las personas que beben a lo largo de la semana. La mayoría lo hace con moderación siendo consciente de donde está el límite. Sin embargo, hay otras personas para las que beber escapa a su control y acaban desarrollando una adicción con graves consecuencias para la salud. El alcoholismo es la principal adicción en el mundo y un serio problema para muchas familias. Saber cómo prevenir un consumo abusivo es la mejor manera de evitar futuras complicaciones.
Los peligros del consumo de alcohol
A la hora de prevenir el alcoholismo no hay un método infalible que sirva para todo el mundo. Cada persona es un caso particular y son mucha las situaciones y el tipo de consumo que se hace del alcohol que influyen en el desarrollo del alcoholismo. Aún así, sí que hay una serie de estrategias que pueden ayudar a evitar un consumo descontrolado. Uno de los problemas que arrastra el alcohol es el de las falsas creencias a su alrededor. El mejor ejemplo: la creencia de que tiene beneficios para la salud. La realidad, sin embargo, nos dice que eso de que una copa de vino ayuda a evitar problemas del corazón es falso.
No hay evidencias que relacionen el beber alcohol con una mejora de la salud, más bien al contrario. Además de afectar a la concentración y otros aspectos cognitivos, produce daños en el hígado y, también, en las vías respiratorias. De hecho, se ha visto que la mayoría de los cánceres de laringe son debidos a un consumo excesivo de alcohol. Si nos fijamos en problemas de tipo comportamental, la bebida hace que uno se desinhiba. Esto puede provocar que una persona tome malas decisiones como consumir otras sustancias todavía más nocivas o caer en el juego patológico.
Otra consecuencia peligrosa de una mayor desinhibición es la de mantener relaciones sexuales con el riesgo que conlleva de contraer una enfermedad de transmisión sexual. Por otro lado, también pueden aparecer conductas problemáticas como destrozar mobiliario urbano, lo que puede provocar problemas con la ley.
Cómo podemos prevenir el alcoholismo
Una de las causas más comunes que llevan al alcoholismo es como consecuencia de haber vivido una situación muy estresante o traumática. Ejemplos de esto pueden ser la pérdida de un ser querido de forma repentina, una ruptura sentimental mal llevada, malos tratos, abuso sexual o hasta un atentado terrorista. En este sentido, es común que muchas personas se refugien en el alcohol para sobrellevar el dolor y sufrimiento que están viviendo.
De todas formas, la mayoría de las personas toman alcohol por motivos sociales y no como consecuencia de traumas o problemas psicológicos. Desde presiones sociales hasta el simple placer de beber, el consumo de alcohol en general se hace sin complicaciones. Pero, aunque esto sea de forma controlada y únicamente con fines recreativos, tomar alcohol es perjudicial y hay que saber cuándo parar. Por eso es importante contar con estrategias que nos ayuden a evitar un consumo abusivo y sin control. Algunos de estos consejos son:
- Estar con gente que no bebe
No todo el mundo, ni mucho menos, tiene como hábito beber. Hay muchas personas que no beben o que consumen alcohol en ocasiones muy puntuales. Por eso, estar con este tipo de gente es muy sano ya que no incentivan el consumo de alcohol. Además, lo más habitual es que conozcan otras formas para entretenerse. En cambio, si se conoce a alguien que bebe demasiado y no se puede bajar su consumo, será mejor apartarse de esa persona para evitar que nos perjudique. A lo mejor así se da cuenta de que la bebida le está haciendo perder amigos y decide reducir su consumo.
- Mantener el alcohol lejos de casa
Para no tener la tentación de beber lo mejor es mantenerlo fuera de casa. De esta forma, se evitará su consumo en momentos donde, por ejemplo, se esté aburrido. Para empezar, no hay que tener alcohol en casa para el consumo individual. Si vienen amigos se pueden comprar algunas cervezas, pero solo hay que beber delante de otras personas. Si se celebra una fiesta o reunión social y ha sobrado alcohol al terminar, es conveniente darlo a los invitados para que se lo lleven o, si no quieren, hay que tirarlo por el desagüe. Sin remordimientos.
- Probar actividades sin alcohol
Cuando se trata de hacer cosas con los amigos, ir a tomar algo a un bar puede ser algo bastante común. Sin embargo, hay muchas otras actividades que no implican beber alcohol como ir de excusión, probar nuevos deportes o apuntarse a un curso de idiomas. La bebida no forma parte de este tipo de actividades y así se puede disfrutar de una experiencia con los amigos en plenas facultades.
- Buscar sustitutos
Una vez se ha echado el alcohol fuera de casa, se puede comprar otras bebidas no alcohólicas para calmar la sed como refrescos, preferiblemente sin azúcar. En cambio, no es recomendable comprar cerveza sin alcohol u otras bebidas en su versión no alcohólica. El motivo es que su consumo incrementará las ganas de consumir. En su lugar, es mejor adaptarse al sabor de bebidas que normalmente no llevan alcohol.
- Ejercicio
Para hacer frente a los problemas de menor gravedad, el deporte es una de las mejores recetas. Además, hacer ejercicio ayuda a reducir el consumo de alcohol y es una de las mejores estrategias para prevenir el alcoholismo. Beber hace que nos sintamos flojos y débiles, a parte de provocar aumento de peso, efectos contraproducentes con la realización de actividad deportiva. Para estar al cien por cien cada vez que se va al gimnasio o a correr, lo mejor es no consumir.
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