La ludopatía: una adicción sin sustancia

Adicciones hay muchas y la mayoría de ellas están asociadas al consumo de una sustancia. Sin embargo, existen adicciones que no implican el uso de una droga pero cuyas consecuencias pueden ser tan o más peligrosas. Un ejemplo de esto es la ludopatía, una de las adicciones más comunes hoy en día. Caer en ella puede llevar al adicto a perderlo todo en la vida si antes no consigue revertir su proceso de autodestrucción. Por ello es importante saber qué efectos tiene esta adicción en el individuo y cómo podemos ayudarle a salir de esta situación tan peligrosa.

¿Qué es la ludopatía?

La ludopatía es un tipo de adicción conductual donde las personas que la padecen sienten una necesidad irrefrenable por participar en apuestas y juegos de azar. Estos impulsos son incontrolables y las consecuencias afectan tanto al adicto como al entorno que le rodea. Para más gravedad, el ludópata generalmente no reconoce que sufre una adicción. Hasta hace 50 años, la ludopatía no estaba considerada como una enfermedad mental. Simplemente se la relacionaba con un mal estilo de vida. Se trataba de un problema socialmente no aceptado en el que el adicto al juego no recibía tratamiento alguno.

La situación cambió a partir de 1980 cuando la Sociedad Americana de Psicología (APA) definió a la ludopatía como un problema psicológico. Posteriores estudios científicos confirmaron que el juego patológico tiene una reacción química similar a las drogas. A modo de ejemplo, está comprobado que, en unas circunstancias concretas, una recompensa en metálico proveniente de las apuestas puede provocar una activación de la actividad cerebral similar a la que provoca la cocaína. Ante este panorama, es importante que el círculo próximo a un ludópata sepa que tiene herramientas a su alcance para intentar ayudarle. Estos son algunos consejos que puede tener en cuenta.

1. Entender el problema

Lo primero que hay que hacer para poder ayudar a un ludópata a reconducir su vida es comprender bien qué es la ludopatía. Esta enfermedad es de tipo conductual pero presenta pocas diferencias respecto a una adicción a una sustancia. Esto lo que muestra es que un ludópata está tan adicto al juego y las apuestas como un heroinómano a la heroína. Por eso es muy importante ser capaces de comprender su problema ya que como los demás no tienen ninguna adicción, esto puede hacer que cueste mucho entender como alguien puede engancharse tanto a algo. Hay que evitar los posibles reproches o recriminaciones y centrarse en el presente y en la situación que el adicto está atravesando.

2. Preguntar sin juzgar

Para ayudar al adicto a desahogare es buena idea hacerle preguntas sobre sus sentimientos y su situación con el juego. En este sentido, es importante evitar preguntas que le puedan hacer sentir como una mala persona o un irresponsable. Lo ideal es que la persona misma se de cuenta de que con ayuda podría mejorar su calidad de vida. Por otro lado, el hecho de preguntar es también una manera de conseguir información concreta de los motivos por los que el adicto se refugia en las apuestas. Preguntar sin hacer juicios de valor servirá para enfocar mejor la forma en que se puede ayudar al ludópata.

3. Relacionar el juego con problemas

Al principio, puede ser difícil que una persona adicta al juego sea consciente de que su adicción es la causante de los problemas que afectan a otras áreas de su vida. Lo que hay que hacer ante esta situación es ponerle ejemplos claros donde se vea que el principal responsable de sus penurias y/o problemas económicos es el juego. Un ejemplo puede ser nombrarle aquellos momentos desagradables que ha vivido donde la ludopatía fue la causante de ellos. Así, el adicto se dará cuenta de si empieza a evitar las apuestas, sus problemas a corto plazo comenzarán a disminuir de forma directa.

4. Informar sobre la adicción

Una vez que el ludópata haya sido capaz de relacionar su adicción con los problemas que ésta le provoca, es buena idea darle más información sobre la ludopatía. Cuanta más tenga, más probabilidades habrá de que decida dejar aquello que le hace daño. Sin embargo, hay que tener un cierto cuidado al proporcionar información para no ser demasiado tajante. No hay que decirle al ludópata que lo es, así sin más. Se trata de explicarle qué es la ludopatía y qué efectos tiene para que sea el propio adicto el que tome conciencia del problema y busque maneras de solucionarlo.

5. Buscar nuevos intereses

Cuando el ludópata está convencido de que quiere dejar de jugar para mejorar varios aspectos de su vida es importante proporcionarle alternativas. En este sentido, cambiar el foco de atención del adicto significa que no sienta que su único objetivo es abandonar el juego de manera obligada. Hay que conseguir que se motive para alcanzar cosas nuevas para él para que pueda sentirse satisfecho sin necesidad de jugar o apostar constantemente. Es importante buscar actividades que sean incompatibles con el juego como hacer ejercicio, leer, ir al cine, quedar con amigos o ir a pasear. Son ocupaciones muy adecuadas para que el ludópata evite las apuestas en el tiempo que solía jugar.

6. Apoyar en todo momento

Para terminar, es fundamental que durante todo el proceso de cambio el adicto sienta que recibe el apoyo que necesite. Superar una adicción es un reto difícil por lo que es muy probable que el ludópata viva momentos de estrés y angustia en los que necesite alguien en quien apoyarse. Apoyarle significa no ser excesivamente duro, empatizar con su sufrimiento y darle la mano para ayudarle en el camino hacia el cambio.

En CCAdicciones Asturias contamos con los mejores profesionales para ayudarte si sufres ludopatía o cualquier otra adicción con o sin sustancia. Ponte en contacto con nosotros si crees que necesitas ayuda para volver a recuperar el control sobre tu vida.

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