El efecto de la adicción a los psicofármacos depresores (ansiolíticos, sedantes, hipnóticos, somníferos, tranquilizantes)

Los hipnosedantes (también llamados ansiolíticos, sedantes, somníferos o tranquilizantes) son sustancias en forma de pastillas que tienen en común su capacidad para dificultar el funcionamiento normal del cerebro, provocando reacciones que pueden ir desde la desinhibición hasta el coma. Esta droga actúa en un proceso de adormecimiento del cerebro, pero de forma progresiva.

Estos psicofármacos depresores del sistema nervioso central son normalmente recetados por un profesional sanitario, siguiendo unas claras pautas de consumo. A pesar de ello, muchos son los consumidores que los toman sin receta ni supervisión médica. El abuso de medicamentos recetados es un problema cada vez mayor y puede afectar a todos los grupos de edad. La edad mínima del primer consumo ya baja hasta los 14 años.

En España, los datos más recientes de la encuesta EDADES 2022 han mostrado que el 9,7% de la población española había consumido hipnosedantes con o sin receta durante el último trimestre del año 2022, mientras que el 7,2% de la población reconoce consumir a diario estos fármacos. Las benzodiacepinas se encuentran entre los hipnosedantes más consumidos.

En general, la adicción a tranquilizantes es difícil de abordar, ya que esta sustancia se ve como una ayuda y no como una droga. Por ese motivo, la adicción a los ansiolíticos es también conocida como la adicción silenciosa.

Hipnosedantes, qué son y qué efectos produce su adicción

Los hipnosedantes o psicofármacos depresores son la tercera sustancia psicoactiva más consumida en España. En esta categoría, el Plan Nacional sobre Drogas encaja tranquilizantes, ansiolíticos, sedantes y somníferos.

Son un grupo de medicamentos que tranquilizan, relajan, calman la excitación nerviosa o provocan sueño y están indicados en el tratamiento de los síntomas de estrés, ansiedad e insomnio. No obstante, su consumo implica riesgos importantes por lo que estos fármacos requieren receta médica para ser dispensados en las farmacias.

Las benzodiacepinas son uno de los medicamentos más utilizados para el tratamiento de la ansiedad o el insomnio. También se usan como relajantes musculares.

Tienen propiedades relajantes, hipnóticas y sedantes, pero también una alta capacidad para conducir a la adicción. Crean tolerancia con cierta rapidez y su retirada brusca provoca síndrome de abstinencia. La tolerancia a los efectos hipnóticos se desarrolla en días o semanas, y la tolerancia a los efectos ansiolíticos en semanas o meses, uno de los motivos por los que incluso se desaconseja tratamientos de larga duración.

La adicción a los psicofármacos depresores, también llamada adicción silenciosa, afecta a tres niveles: el fisiológico, porque el cuerpo pide más dosis; el cognitivo, debido a que el pensamiento de la persona se centra en conseguir o consumir las pastillas; y el conductual, porque algunas personas realizan acciones que no harían si no tuvieran la adicción.

Entre los efectos más comunes del abuso de estos psicofármacos se encuentran:

  • Un nivel elevado de somnolencia.
  • Tendencia a la confusión.
  • Andar de manera inestable, es decir, pérdida general del equilibrio.
  • Un habla más arrastrada y lenta.
  • Aumento de problemas de concentración.
  • Mareos frecuentes.
  • Problemas de memoria a corto y largo plazo.
  • Una respiración más lenta de lo habitual.
  • Abandono de las actividades habituales.
  • Aislamiento de relaciones sociales, familia y amigos.

De la misma manera, dejar de tomar hipnosedantes de forma abrupta puede ocasionar síntomas propios del síndrome de abstinencia, como hiperactividad del sistema nervioso y convulsiones. Por lo que es muy importante poder tratar la adicción con profesionales que puedan evitar situaciones no deseadas.

La “nueva” droga entre los adolescentes

A la hora de hablar de consumo o adicción en adolescentes, debemos tener en cuenta que se trata de una etapa en la que los menores están buscando una diferenciación frente a sus padres para encontrar su propia identidad.

En esta época, es común que exista tendencia a buscar sensaciones estimulantes, desacuerdo general con las normas socialmente aceptadas e incomprensión de la frustración. Ante esa situación, llegar a través de consumo elevado a la tolerancia de drogas legales, en este caso los psicofármacos, o ilegales podría iniciar una conducta de adicción.

¿Qué hay normalmente detrás de las adicciones en adolescentes? En general, la dificultad para afrontar el día a día y un sufrimiento emocional, derivado de los cambios hormonales que se producen en este período. Esta disconformidad hace que los adolescentes mitiguen dolor y sufrimiento mental con los hipnosedantes, generalmente ansiolíticos, y lo que a su vez puede generar dependencia.

¿Qué lleva a un adolescente a utilizar estos psicofármacos? La adolescencia es un período especialmente difícil donde se resuelven conflictos de identidad y se desarrollan rasgos de la personalidad. Cuando un adolescente no cuenta con ciertas herramientas de control, es más fácil que caiga en una adicción porque puede recurrir para calmar esa inquietud a través del consumo de sustancias, videojuegos, redes sociales…

La facilidad con la que los adolescentes pueden conseguir este tipo de psicofármacos aumenta el riesgo de poder desarrollar una adicción a las pastillas. El 50% de adolescentes en España cree que es sencillo obtener este tipo de sustancias, ya que es la tercera sustancia más consumida en España (con y sin receta), siendo 14 años la edad media de inicio de consumo.

Tratamiento de adicción de hipnosedantes

A pesar de que cada caso de adicción debe valorarse de forma individual, los pacientes adictos a depresores recetados, como los ansiolíticos o los tranquilizantes, no deben tratar de dejarlos por su cuenta.

Los síntomas de abstinencia de estos fármacos pueden ser graves y, en el caso de ciertos medicamentos, pueden poner en peligro la vida de la persona adicta. Los pacientes que tienen dependencia de estos psicofármacos deben realizar un proceso de desintoxicación con supervisión médica porque las dosis se deben reducir en forma gradual. Además, el apoyo psicológico profesional ayuda en este proceso, tanto a los pacientes internados como a los pacientes ambulatorios.

En todo caso, también hay que tener en cuenta que a menudo el consumo inadecuado de ansiolíticos se da junto con el consumo de otras drogas, como opioides o alcohol. En esos casos, la estrategia de tratamiento debe incluir todas las adicciones.

Si tú o alguien de tu alrededor necesita ayuda con una adicción a los hipnosedantes, INTA es la solución. Podemos ayudarte a iniciar el tratamiento adecuado. Nuestra meta es conseguir que consigas una vida saludable con las herramientas necesarias.

Ponte en contacto con nosotros si necesitas ayuda para volver a recuperar el control de tu vida.  Recuerda que, con la ayuda necesaria, se puede salir de la adicción.

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