La adicción a los videojuegos
El 25 de mayo de 2019 los estados miembros de la Organización Mundial de la Salud aceptaron formalmente la inclusión del abuso de los videojuegos como un trastorno mental. Se trata de una forma de ocio que tiene un gran seguimiento por parte de multitud de jóvenes y personas de mediana edad. Según este nuevo enfoque, dedicar un exceso de tiempo a estos contenidos es un riesgo para la salud y puede llegar a ser considerado enfermedad mental como adicción.
Actualmente, los videojuegos son muy populares entre la población de menos de treinta y cinco años. Aunque se asocia a la juventud en general, cada vez tiene más incidencia en adolescentes. Éste es un segmento de población que se encuentra entre dos etapas de edad muy distintas y es difícil precisar su identidad. Los videojuegos son tan variados y producto de un sector que evoluciona tan rápidamente, que convierte a los menores en un grupo ideal para hacer mella en sus vulnerabilidades y llegar a crear adicción.
¿Qué es el trastorno por adicción a los videojuegos?
El trastorno por adicción a los videojuegos se produce cuando una persona acaba pasando gran parte de su tiempo conectada a ellos. Ya sea por estilo de vida o por abuso, se acaba creando un vínculo psicológico que puede generar dependencia emocional.
Si no se marcan unos límites, progresivamente se acaba dedicando más tiempo a la actividad, dejando al margen responsabilidades y necesidades diarias.
Así, el individuo se aparta de los hábitos normales y afecta a cómo se desenvuelve en su vida normal y a su estabilidad psicológica.
Síntomas de la adicción a los videojuegos
Cuando una persona empieza a experimentar dependencia hacia este tipo de contenidos, desatiende sus obligaciones y responsabilidades habituales. En su lugar, aparecen varias señales que hacen evidente su nueva conducta adictiva:
- Aislamiento social: Los videojuegos son un tipo de entretenimiento que requiere más atención y concentración que cualquier otro tipo de actividad de ocio. Por este motivo, las partidas que se realizan llegan a ser muy intensas para poner a prueba los estímulos y las capacidades cognitivas. Una persona que abuse habitualmente de ellos, no sólo puede volverse adicta, sino que con el tiempo dedicará menos atención a su entorno, y en especial, a sus relaciones sociales. Por otra parte, en las personas más solitarias puede ser un medio para mantenerse en contacto con otros individuos o para paliar el dolor de la soledad.
- Pérdida de rendimiento: Pasar demasiado tiempo jugando a videojuegos incide directamente en la gestión de las responsabilidades y tareas cotidianas. Entre ellas, la necesidad de dedicar atención a los estudios o al trabajo. En consecuencia, se experimenta un retroceso en el rendimiento y en la productividad, y la persona es incapaz de adquirir nuevas habilidades o competencias que impulsen su educación.
- El placer de los videojuegos como recompensa: Es frecuente que los individuos, sobre todo los menores, se sumerjan temporalmente en una actividad específica para rehuir de sus problemas. Los videojuegos, como cualquier otra disciplina de ocio, permiten paliar el dolor que sufren debido a ellos ofreciéndoles una escapatoria o un lugar de confort. El adicto se ve recompensado al experimentar el placer de disfrutar con el juego, y se olvida temporalmente de sus preocupaciones y la ansiedad.
- Pérdida de la noción del tiempo: Frecuentemente, con el abuso de los videojuegos llegan también unos malos hábitos. Si la persona pasa demasiado tiempo con ellos, la actividad acaba afectando a sus horas de descanso, el descuido de las necesidades básicas y la calidad del sueño.
- Dolor muscular: Es común que tras pasar varias horas enfrente de una pantalla o sin moverse, puedan ocasionarse los primeros problemas de salud. Los más habituales son los que afectan a la musculatura de la espalda, a los brazos y a las piernas. No cambiar de postura ni realizar los descansos necesarios hace que las articulaciones y las demás partes del cuerpo implicadas vayan más allá de su límite permitido en cuanto a resistencia. Por ello, pueden desarrollarse enfermedades óseas o varios problemas de circulación. La vista es otro de los sentidos que más sufre debido a la recepción excesiva de luz durante largas horas de exposición.
Razones de la aparición de la adicción a los videojuegos
Los videojuegos son un tipo de comunicación formado por varios códigos lingüísticos. La imagen, el vídeo, el texto, el sonido, etc. Hecho que los convierten en contenidos complejos que necesitan de más tiempo y más capacidad de atención para comprenderlos. En consecuencia, muchos de los títulos que se lanzan al mercado hoy en día están pensados para que sean jugados durante varias horas o extensas sesiones de juego. Algunos incluso, como los juegos para un solo jugador, ofrecen experiencias inmersivas que se necesita de días o semanas para terminarlas.
Otra de las razones que pueden explicar la adicción a los videojuegos es su mecánica de funcionamiento. Este tipo de ocio está pensado para que el jugador supere unos desafíos concretos que ponen a prueba su capacidad de reacción con el fin de conseguir una recompensa. A medida que va avanzando en el juego, la dificultad aumenta progresivamente y éste debe perfeccionar sus habilidades. A este hecho se le llama “curva de dificultad” o “curva de aprendizaje”. Conforme va superando las imposiciones que le pone el juego, puede desbloquear nuevos niveles, mapas, enemigos, batir un récord, etc. La persona se ve recompensada con placer por su disfrute del juego y los esfuerzos invertidos en él.
Tratamientos para la adicción a los videojuegos
La adicción a los videojuegos es un trastorno que, a pesar de tener efectos tan graves como el alcohol, el cannabis o la cocaína, es de tipo conductual. Por lo tanto, sus consecuencias tienen reflejo sobre la psicología y el comportamiento del individuo. Para deshacer la dependencia se requiere de intervención profesional que utilice la terapia conductual y la reeducación como métodos para recuperar la normalidad. Sin embargo, existen otras soluciones que pueden ayudar a la rehabilitación:
- Impedir el consumo de nuevos videojuegos
- Tratar de convencer a la persona de que existen más pasatiempos
- Limitar las horas de juego
- Monitorizar las sesiones de juego y sus efectos en la salud y la personalidad