¿Es cierto que podemos sufrir adicción al consumo de cafeína? Des de intastur analizaremos lo que muestra la ciencia.

La cafeína se considera una droga, puesto que actúa modificando el estado del sistema nervioso, en concreto aumentó la activación del organismo. Ahora bien… ¿Significa eso que al consumir esta sustancia podemos volvernos adictos?

¿Qué es la cafeína?

La cafeína es una sustancia que se clasifica dentro del grupo de xantinas, categoría en la que se engloban también la teobromina, relacionada con el cacao, y la teofilina, vinculada con el té. Por otro lado, la cafeína tiene efectos psicoactivos, lo que quiere decir que actúa como estimulante del organismo, concretamente del sistema nervioso. Se puede encontrar en distintos alimentos como el té o los refrescos, aunque el más conocido y destacado es el café.

Asimismo, también se ha utilizado como componente de fármacos, con el propósito de conseguir distintas funciones: estimular el sistema nervioso, producir vasoconstricción o actuar como diurético. La acción concreta que realiza la cafeína consiste en actuar como antagonista de los receptores de adenosina. La adenosina tiene acción sedante e inhibitoria del sistema nervioso central. Por este motivo, la cafeína, al actuar como antagonista, limita (inhibe) la acción de la adenosina.

¿Existe realmente la adicción a la cafeína?

La cafeína es considerada una droga, siendo una de las más consumidas a nivel mundial. De hecho, se calcula que entre un 80 a 85% de adultos la consumen. Si se toma con moderación, esta sustancia puede tener efectos positivos en el sujeto; el más destacado es el aumento de la concentración y capacidad de alerta, dada su función estimulante, observándose también útil como diurético, porque ayuda a disminuir la retención de líquidos.

El problema ocurre cuando la cafeína es consumida en exceso, pudiendo comportar intoxicación y síndrome de abstinencia, e incluso derivar en trastornos mentales como alteración del estado de ánimo o de la conducta alimentaria, psicosis o ansiedad.

Los síntomas vinculados con la intoxicación por cafeína varían según la cantidad de sustancia consumida diariamente: tras consumir 100 mg diarios se puede observar inquietud, nerviosismo, excitación, insomnio, alteración de la ingesta y diuresis, que consiste en incontinencia urinaria; al aumentar la toma a 1 g por día los síntomas se vuelven más intensos y podemos referir contracciones musculares, logorrea, descrita como incontinencia verbal y aceleración del pensamiento, aumento de la frecuencia cardiaca, agitación psicomotora, y falta de sensación de fatiga.

La versión más reciente del Manual Diagnóstico de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM 5) ha descrito dos trastornos vinculados con la cafeína: por intoxicación y por abstinencia. Considera intoxicación los síntomas producidos tras consumir recientemente cafeína (una cantidad superior a 250 mg), aunque esta puede variar según las características del sujeto y la frecuencia con la que tome cafeína. Para hacer el diagnóstico se deben cumplir 5 o más de los síntomas ya mencionados como inquietud, diuresis, logorrea o taquicardia. Asimismo, deben hacerse presentes cambios psicológicos o comportamentales desadaptativos, disfuncionales para el sujeto.

Otro trastorno que podemos diagnosticar es la abstinencia por cafeína, esta puede aparecer al dejar de consumir cafeína o reducir la dosis tras un consumo prolongado de la sustancia. Los síntomas típicos del síndrome de abstinencia son contrarios a los síntomas producidos por la sustancia. Así, se deben cumplir tres o más síntomas para poder diagnosticar la abstinencia a la cafeína, como:

  • Cefalea (dolor de cabeza).
  • Fatiga o somnolencia.
  • Disforia, desánimo o irritabilidad.
  • Dificultades para concentrarse.
  • Síntomas gripales como náuseas, vómitos, dolor/rigidez muscular.

Pese a la sintomatología mencionada vinculada con la cafeína, no podemos considerar que esta droga genere trastorno por consumo, que consiste en patrones desadaptativos que produce malestar o deterioro en la calidad de vida de la persona.

Por este motivo, diremos que la cafeína se puede clasificar como droga de abuso, pero el riesgo de que la vida del sujeto se vea afectada por una adicción, es decir, que su consumo repercuta en sus obligaciones o responsabilidades, es bajo.

Causas de la adicción a la cafeína

La cafeína actúa como antagonista de los receptores de la adenosina, produciendo una buena variedad de efectos opuestos a los de este neurotransmisor, incluidos los efectos estimulantes del comportamiento. Las investigaciones han demostrado que la cafeína estimula la actividad de la dopamina al eliminar los efectos moduladores de la adenosina en los receptores dopaminérgicos.

Un estudio encontró que la liberación de la dopamina en el núcleo accumbens puede tener que ver, igual que en muchas otras adicciones, con la adicción a la cafeína. La ingesta de drogas o sustancias adictivas producen un incremento en la actividad del sistema dopaminérgico mesocrticolímbico. Cuando el consumo es crónico, se producen cambios neuroadaptativos que propician la modificación de las estructuras de dicho sistema.

Los efectos subjetivos que causa la cafeína, tales como bienestar, incremento de la energía, estado de alerta y sociabilidad, pueden mantener las conductas adictivas hacia ella. Las sensaciones agradables son como un “imán” que nos atrae y seduce.

El hecho mismo de sentirse bien con la cafeína se convierte en una razón de peso para volver continuamente a ella. Estas sensaciones operan como una especie de refuerzo positivo que aumenta la probabilidad de que el consumo se repita.

Estos refuerzos influyen en la frecuencia de aparición de la conducta adictiva. Cuantos más placeres generan y más sensaciones de bienestar propicien, más aumentará la probabilidad de que se repita el consumo. Debido a que la cafeína estimula la activación de la dopamina, el placer y otras sensaciones agradables serán un factor común en cada ingesta, lo que enganchará más a la persona a la cafeína.

Señales que indican que puedes mostrar adicción a la cafeína

Ahora que conocemos mejor cuáles son los síntomas principales de la intoxicación y de la abstinencia, veamos qué señales en nuestra vida cotidiana nos pueden indicar que sufrimos adicción a la cafeína. Estas se pueden observar pasadas 24 horas sin consumir la sustancia. Es decir, si mostramos síntomas de abstinencia tras dejar de ingerir, podemos considerar que mostramos adicción.

En muchas ocasiones, la abstinencia, el malestar que comporta dejar de consumir la droga, es lo que nos indica que presentamos una adicción, siendo más difícil identificarla mientras estamos consumiendo.

  1. Dolor de cabeza

Un síntoma característico del síndrome de abstinencia es el dolor de cabeza. Al entrar en el torrente sanguíneo, la cafeína actúa contrayendo los vasos sanguíneos. Por esta razón cuando dejamos de consumir cafeína, al volverse a ensanchar los vasos, podemos notar sensación de tensión y punzadas en la cabeza, vinculándose con migrañas y cefaleas. Este malestar puede ser variable, en cuanto a duración e intensidad, pero se calcula que transcurridos unos 2 o 9 días este remite.

  1. Aumento de la sensación de fatiga

Como mencionamos antes, la influencia de la cafeína activa el sistema nervioso, hecho que hace que los sujetos que la consumen se sientan más activos. El efecto de la cafeína como antagonista de la adenosina, relacionada con la sensación de cansancio, hace que, tras dejar de consumirla, el cuerpo tenga problemas para acostumbrarse al nuevo estado y nos notemos más cansados y con mayor fatiga. El organismo tardará unos días en volverse a regular y actuar con normalidad sin la necesidad de cafeína.

  1. Disminución de la concentración

La disminución de la cafeína y, por tanto, la mayor acción de la adenosina que genera en el sujeto mayor sensación de fatiga, puede derivar en problemas en la concentración, mayor dificultad para mantenerse alerta y poder centrar la atención.

4. Cambio del estado de ánimo

Como ya hemos visto, la cafeína es estimulante del sistema nervioso, comportando así una mayor sensación de energía y vitalidad en el individuo que puede relacionarse con un estado de ánimo más eufórico. Al dejar de consumir cafeína, la menor activación nerviosa con la consecuente sensación de fatiga puede propiciar un estado de ánimo con tendencia más depresiva, más apagado y con mayor irritabilidad al ver los cambios que se han producido en él.

5. Mayor nerviosismo

Aunque dejar el consumo de cafeína suele comportar mayor sensación de cansancio y fatiga, podemos observar también un comportamiento más ansioso, puesto que el sujeto sentirá la necesidad de consumir. La persona querrá tomar cafeína para tratar de disminuir los síntomas de abstinencia.

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